La Consejería de Medio Ambiente ha aprobado el Plan de aprovechamientos comarcales de lobo en los terrenos cinegéticos, al norte del Duero, pero en esta ocasión para las próximas tres temporadas, es decir, hasta el 2019. En total podrán abatirse, 143 cánidos. La provincia de Zamora, con un cupo de 40 ejemplares, es el segundo escenario con más predadores asignados, solo superado por León donde podrán abatirse 53. El cupo establecido para Palencia es de 30 ejemplares, 15 Burgos, cinco Valladolid y no podrá cazarse ninguno en Soria.

En Zamora, para la Sierra de La Culebra se ha fijado un número de 11, otros 11 para los cotos de Aliste, 9 para los cotos de Sanabria, 7 para los Benavente y Los Valles y 2 para Campos-Pan.

El Plan ha sido publicado ayer en el Boletín Oficial de Castilla y León y contra la presente resolución podrá interponerse recurso de alzada ante el consejero de Fomento y Medio Ambiente en el plazo de un mes.

La resolución especifica que los cupos comarcales se reparten entre los distintos terrenos cinegéticos que tengan autorizado el aprovechamiento de lobo por las correspondientes resoluciones de aprobación de sus planes cinegéticos, teniéndose en cuenta la consecución de los objetivos de minorización de daños y máxima oportunidad y posibilidad de ejecución de cupos.

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, reiteró ayer en Ávila, según recoge la agencia Ical, la "determinación" de la Junta para pedir al Gobierno de la nación que inste a Europa a cambiar el régimen de protección del lobo al sur del Duero.

Suárez-Quiñones recordó la PNL acordada en las Cortes regionales en ese sentido y apuntó que quieren ir a Bruselas de la mano de las organizaciones profesionales de ganaderos, con las que están concretando "qué significaría que fuera una especie gestionable" y añadió que "en el momento en que eso esté aclarado", espera que vayan las tres organizaciones, Asaja, Alianza UPA-COAG y UCCL, de la mano para mostrar una unidad de todo el espectro político, profesional e institucional de Castilla y León".

Para el consejero, aunque se realizan acciones preventivas, "nada va a solucionar el problema más que el cambio de régimen". "Mientras tengamos la dificultad que tenemos para el control de ejemplares con el régimen de especie protegida no vamos a solucionar el problema", sostuvo.

También aludió el trabajo de la Junta para "aligerar" los trámites de las indemnizaciones por los daños del lobo al ganado, que "han pasado de 12 meses de media y entre 18 y 25 días" y apuntó que "se seguirá perfeccionando" ese sistema de indemnizaciones para acercarse a la justicia de las mismas tanto en el daño emergente como en el lucro cesante". Una ganancia de tiempo que no comparten algunos ganaderos zamoranos con gravosas lobadas en sus explotaciones.

El presidente del colectivo naturalista Lobo Marley, Luis Miguel Domínguez, considera que los censos de lobo en Castilla y León que supone orientan al gobierno para tomar la decisión son absolutamente criticados por todos los sectores por ser un censo unilateral. Afirma que "queremos saber en qué datos se basan para aportar cupos de muerte". Indica que "l lobo en Castilla y León es un animal que tiene que estar vivo, y vale infinitamente más vivo que muerto". Califica de "indecente" las medidas de extinción de la Junta y expresa que "es imposible que los lobos se renueven anualmente teniendo la espada de Democles sobre su cabeza".

Para Domínguez la Junta "va en la dirección contraria a por donde camina la sociedad castellano leonesa y el ecoturismo, y que es poner en valor el lobo vivo".

Respecto a la alerta del Ministerio de Medio Ambiente de que dar a conocer los puntos de vivencia de lobo a través de las redes sociales supone "un efecto llamada" que puede repercutir negativamente en la especies, Domínguez subraya que "es una situación freudiana porque no se puede comparar un catalejo con una escopeta y el problema no es que la gente lo aviste, y lo que tiene que hacer es obligar la Junta a que cumpla con lo que dice Bruselas".