La Bóveda de Toro prosiguió ayer con los espectáculos taurinos organizado con motivo de las fiestas patronales de la Virgen de las Nieves y el encierro urbano concentró a numerosos aficionados en sus calles o al otro lado de las barreras pero listos para estar en primera línea. Todos estaban dispuestos a vivir de cerca o a seguir con entusiasmo el juego de los astados y de cuantos seguidores tentan a los novillos y tratan de sacarlos el máximo juego posible. La suelta de los bravos en el escenario pronto movilizó a los más decididos que no dudaron en entrar en escena pero guardando las distancias con unos animales que en ciertos momentos hicieron gala de su naturaleza y enfilaron hacia los citadores con todas las ansias de llevarlo todo por delante. Las arrancadas de los novillos barrieron en sus carreras el escenario obligando a los jóvenes a despejar la calle para buscar el refugio tras el vallado, pero siempre hubo aficionados dispuestos a buscar un punto de aproximación o cercanía a unos animales que buscaron el cuerpo a cuerpo en algunos episodios de emoción.

La Bóveda de Toro también registró una gentío, que algunos cifraban en unas 2.500 personas, durante el desarrollo del toro del cajón, en la tarde del pasado viernes. Los dos astados sacados al escenario ofrecieron una bravura contrastada que no echó para atrás a los recortadores. Hoy sigue adelante el programa con un nuevo encierro, a partir de las 10.30 horas.