La capitalidad catroverdiana conducida con mano segura y flexible, como junco del Valderaduey por Cecilio Lera, el gran icono y el más firme valor del socialismo zamorano, se coronó como una noche de éxito total a pesar de la bajada de las temperaturas. El entorno, de auténtico ensueño, la iglesia de San Nicolás, que servidor conoció hace años como una amalgama de ruinas sin esperanza y, que sólo la tenacidad y el derroche energético del alcalde rojo, ha podido sacar de ella toda su majestuosidad y acústica, como, posiblemente, el mejor auditorio zamorano del momento. Llena a rebosar con mucho público de pie, durante las casi tres horas de bañoflamenco zamorano. Sin duda los dos términos que más se repitieron a lo largo de toda la velada: Zamora y flamenco. Expresado meridanamente portodos los participantes, incluido el presentador Luis Miguel de Dios, excelente conductor durante el largo recorrido del espectáculo.

Rompe la noche la gran diva zamorana Soledad Luna con cuatro coplas: Luna de mi soledad, Tres puñales, El hijo del ganadero y Aquella Carmen, dedicada a Carmen Amaya. Las ingentes habilidades que tiene la del Sepulcro para ganarse a la concurrencia son de máxima figura, a lo que le suma el plus de su excelente voz y su capacidad interpretativa. Por eso, una vez más, el público se la comía.

Llega el turno del baile con nuestra Alicia Almeida. Inician sus tres acompañantes, toque, cante y percusión, por Huelva y sus fandangos con profuso recorrido. Aplausos a raudales.

Clemen Valle y Antonio Regalado a escena. Abren por farruca, dedicada, además de a la concurrencia, al gran José Menese. Continúa por soleares: dos de Paquirri El Guanté, Agustín Talega, Joaniquí de Lebrija, Joaquín El de La Paula, El Pancho, Silverio, Antonio El Portugués y Juanillero de Marchena. Muestra antológica de gran sensibilidad ejecutoria. Cierran esta primera entrega por fandangos. Todo ello muy valorado y aplaudido.

Eva, con la guitarra de Antonio, al igual que hiciera su padre, dedica su actuación al respetable y sobre todo al de La Puebla de Cazalla. Sin duda se lo merecía. Malagueña de Concha La Peñaranda rematada por fandango abandolao. Tientos cerrados por tangos, especialmente de La Niña de Los Peines y, precioso cuplé con canción por bulerías. Muchos aplausos a los dos.

Vuelve Alicia Almeida y su grupo, para interpretar tientos. También muy aplaudidos.

Soledad Luna con tres nuevas coplas cierra su exitosa función. A tu vera -pidiendo al público que hiciera coro, y echándonos la bronca porque "parecíamos gatos con el rabo pisado", Plegaria por un torero en homenaje a Marifé de Triana, para rematar su función con la joya de la corona: un pasodoble personal que resultó ser una auténtica oda a Zamora y a sus mujeres. Apoteósico.

Vuelve Alicia y su grupo en compás de toná, para seguir por seguiriya y cerrar por alegrías. Finalizan su actuación con un fin de fiesta por bulerías. Completa y brillante actuaciónde la zamorana demostrando su rotundo dominio de la técnica del baile de mujer sobre las tablas. Muy aplaudida.

De nuevoClemen por debla, toná grande y chica, además de bambera. Destacando, como todos los demás, el silencio, respeto y aguante del auditorio. La noche, como he dicho, no fue apacible. Muy bien despedidos por laasistencia.

Cierra Eva Valle y Antonio Regalado por rancias y espectaculares seguiriyas. Tomás El Nitri, El Fillo y remate de Juan Junquera. Para coronar su magnífica actuación por fandangos de El Sevillano, Vallejo y Manuel Torre, el último al aire. Los últimos aplausos concluían una soberbia noche de flamenco y copla muy nuestros, netamente zamoranos, por los cuatro costados.

¡Ahora, lo importante, es que tenga continuidad en el futuro!