Madridanos recuperó ayer, tras dos años de ausencia, el encierro campero que es uno de los el principal atractivos de sus fiestas patronales.

El paraje denominado El Fanego se llenó de caballistas y aficionados que se sirvieron de vehículos y remolques para participar en un encierro entretenido, marcado por el fuerte golpe sufrido por una vaquilla contra un vehículo que la dejó inutilizada para seguir con su papel.

El espectáculo taurino, encuadrado dentro del programa de las fiestas en honor a San Esteban, comenzó pasadas las 10.00 tras una larga noche de fiesta y algarabía a cargo de la macrodiscoteca Mandala. Las dos vacas de la ganadería "Hermanos Bragado" fueron puestas en libertad en El Fanego, donde alrededor de un millar de personas las estaban esperando con deseo. Una de las dos vaquillas embistió fuertemente un coche que se encontraba sin ninguna persona en su interior. La novilla no llegó a perder la vida pero tuvo que ser retirada debido a las consecuencias del golpe.

Los cerca de cincuenta caballistas que acudieron a la cita disfrutaron de la bravura y el buen hacer de la otra vaca. La organización celebra el buen juego que ofreció el astado que no sufrió el fortuito golpe ya que provocó un gran ambiente en el festejo. Las fechas en las que nos encontramos y la vuelta a una de las tradiciones de las fiestas hicieron que numerosas personas se concentraran en la localidad de Tierra del Vino. Las fiestas concluyeron ayer con un partido de fútbol y con una celebración en La Panera dedicada a la generación de Ramsés II.