Un corralino, Manuel Antonio Corrales Gallego, es el primer deportista olímpico de la provincia, ya que participó en unas Olimpiadas, las de Los Ángeles de 1932, las décimas de la era moderna, en la modalidad de tiro. El dato lo desvela el último número del Boletín Informativo Municipal corralino, que dedica un artículo a este militar de carrera nacido en Corrales el 18 de diciembre de 1896. Sus padres, de Fuentelcarnero: Victoriano Corrales, de profesión carpintero que vivía en la calle la Cruz junto con su esposa, Encarnación Gallego Bonifaz. Su hijo, Manuel Antonio, destaca por ser uno de los primeros atletas olímpicos españoles, debido a que era uno de los más destacados tiradores del país. Participó en la modalidad de tiro con pistola y carabina en las X Olimpiadas de los Ángeles (EE UU) en 1932, a las que era muy complicado asistir, debido al nulo arraigo que por aquel entonces en España tenía el deporte olímpico y el prohibitivo precio del viaje hasta los Estados Unidos. Para llegar hasta Los Ángeles (California) EE UU, donde se celebraron las X Olimpiadas, el grupo de atletas españoles, entre ellos Manuel Corrales, tuvieron que atravesar el Atlántico en barco, desde Gibraltar hasta Nueva York, para después cruzar todos los Estados Unidos en ferrocarril. Muchos deportistas españoles que participaron en aquellas olimpiadas lo tuvieron que hacer con sus propios medios económicos. No era habitual que por entonces participasen en las Olimpiadas un número alto de atletas españoles. En el año 1927 fue propuesto como tirador excepcional por la Sociedad de Tiro Nacional de España y en 1932, ya capitán de Intervención, fue nombrado vocal de la representación de Tiro Nacional de Madrid.

A la Olimpiada de Los Ángeles acudió formando parte de una expedición de cinco tiradores y obtuvo un 14 puesto en la final de pistola libre de precisión de 50 metros, el puesto 13 en 25 metros y el 26 en carabina tendida hombres.

Por aquel entonces en 1932, el mundo estaba aún bajo los graves efectos del crac del 29 en Wall Street, por eso, el número de participantes en estas olimpiadas fue muy reducido, lo que no impidió que se batieran 40 récord olímpicos y 17 mundiales.

Aquellas olimpiadas fueron precursoras de algunas innovaciones como fue el encendido de la llama olímpica, que fue llevada por relevos hasta Berlín para las siguientes olimpiadas. Así mismo es cuando se impone el podio olímpico para la entrega de medallas y con él la izada de las banderas de los países de los ganadores. Otro avance, es la realización de la captura de imagen con cámara automática de fotografía para inmortalizar la llegada de los atletas, más conocida como "fotofinish", que también servía para dirimir el ganador en pruebas con resultado ajustado. La implantación de nuevos sistemas de cronometraje sirvieron para medir más exactamente los tiempos y los récord de las diferentes pruebas. Entre las anécdotas de aquellas Olimpiadas, la participación del atleta más joven, Kusuo Kitamura con 14 años o la participación de Adalberto Cardoso que fue el primer atleta en correr descalzo en unos juegos.