El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán visitó anteayer la Residencia de ancianos de Cáritas Diocesana en Villarrín de Campos para realizar el signo jubilar del Año de la Misericordia en el arciprestazgo de El Pan, celebrando la unción de los enfermos. Además, se reunió con representantes de las parroquias en la iglesia parroquial para presidir la eucaristía y la unción según informa la propia Diócesis. Los ancianos de la Residencia "Matías Alonso" de Villarrín esperaban el momento en la sala de habilitada como capilla. Tras la llegada del obispo y revestirse con varios sacerdotes del arciprestazgo, la directora de la Residencia leyó la monición de entrada explicando el sentido de la celebración comunitaria del sacramento de la unción de los enfermos y, tras los ritos habituales, tuvo lugar la liturgia de la Palabra. El capellán de la residencia y arcipreste de El Pan, Santiago Alonso, proclamó el evangelio que narra la curación de la suegra de San Pedro. Y después el obispo pronunció su homilía, en la que definió la unción como "un sacramento del Señor para sanar nuestras debilidades y fortalecernos para así resistir las dificultades". Se refirió al calor de la tarde y tuvo unas palabras para los trabajadores de la residencia a quienes dijo que "cuiden bien porque Dios se ha hecho cercano a través de vosotros". A continuación tuvo lugar el rito de la unción de los enfermos. La imposición de manos fue realizada por el obispo y los demás sacerdotes, y hubo alguna anécdota, como que monseñor Martínez Sacristán tuvo ocasión de dialogar con un religiosa clarisa del convento de Villalpando que vive ahora en la residencia, y que le decía al obispo que ahora está "disfrazada".

A continuación se procedió a la oración de acción de gracias por el óleo de los enfermos. Y el obispo y el resto de sacerdotes se acercaron a los residentes que habían solicitado el sacramento para ungir su frente y sus manos con el óleo. Mientras tanto se cantaba el himno del Jubileo de la Misericordia, "Misericordiosos como el Padre". En algunos residentes y familiares se podían ver lágrimas de emoción en un momento tan intenso.

La Diócesis de Zamora precisa que "una veintena de fieles de Villarrín recibieron la unción, comenzando por un religioso guipuzcoano que lleva varios años pasando unos días de vacaciones en este pueblo". Administraron el sacramento el obispo y el arcipreste de El Pan. Después de la Misa hubo ocasión de compartir un tiempo de encuentro y diálogo en torno a un ágape fraterno a la salida de la iglesia.