Villaescusa se transformó ayer en una bulliciosa villa donde el pasado se hizo presente a través de un mercado tradicional y de oficios que ha salido adelante gracias a la iniciativa de la Asociación Cultural con el apoyo del Ayuntamiento. Pero nada de esto hubiera sido posible sin la implicación de los vecinos, tanto para el montaje de los puestos como la aportación de aperos y enseres antiguos que han permitido recuperar oficios en muchos casos desaparecidos.

El mercado tradicional fue así un éxito de participación y público que visitó los puestos desafiando un agobiante calor que también padecieron en sus carnes quienes se engalanaron con vestimentas de época. Las sombras eran ayer los lugares más buscados, con numerosos vecinos al abrigo de los toldos que por la mañana se tomaban el aperitivo en los bares habilitados en la zona.

Con esta iniciativa los visitantes pudieron evocar -en el caso de los mayores- o descubrir, los más pequeños, cómo era la escuela de antaño con el emblemático mapa de España colgado en la pares, los pupitres de madera, el encerado o la esfera.

O la lechería donde tomaron vida cuartillas, lecheras, cántaros, pucheros o las herradas de zinc donde se echaba la leche. Mientras, los más pequeños observaban con interés el trabajo del alfarero cuando realizaba un cacharro de barro y algunos se pusieron también manos a la obra en el modelado de la pieza.

Los animales también tuvieron su protagonismo, tanto aves de cetrería como ovejas, los caballos o los burros para realizar paseos, aunque una vez más las altas temperaturas no ayudaban en este empeño.

Por la tarde la actividad del mercado se reanudó con labores tradicionales como encaje de bolillos, manualidades, pompas de jabón o tiro con arco. Allí permanecieron los puestos con aperos de labranza rescatados de las casas de labradores, las lavanderas, planchas ...

También se dio cita en Villaescusa la música tradicional de la mano del grupo de folclore "Asociación Etnográfica La Arracada" para terminar con el desfile de los participantes y un espectáculo de fuego. Una iniciativa que transformó ayer por completo a este pueblo de la comarca de La Guareña.