La masiva presencia de la fauna salvaje campando a sus anchas por las tierras de cultivo vuelve a poner en el disparadero a los agricultores zamoranos, que ven mermar la rentabilidad de sus cosechas como consecuencia de los daños que producen, en este caso ciervos y jabalíes. La protesta llega de nuevo desde Montamarta donde los agricultores observan, atónitos, cómo una envidiable cosecha de cereal se ve mermada por la presencia de los animales que salen del monte de San Cebrián y cruzan hacia el embalse estableciendo sus camadas entre los cultivos.

"Esto cada vez se pone peor" comenta Jaime Andrés Martín, presidente de la Junta Agropecuaria Local de Montamarta, quien habla desde su propia experiencia para valorar los daños en algunas parcelas. "Tenía una pegada al monte bastante buena y ha salido a 2.000 kilos escasos por hectárea, mientras que otra más lejos que incluso no estaba tan buena ha llegado a 4.000. Hablamos de unas pérdidas del cincuenta por ciento".

Aunque no es la primera vez que los agricultores sufren el problema y reclaman el control de la fauna, este verano la sorpresa ha saltado cuando las cosechadoras han entrado en las tierras. "Como los trigos y cebadas estaban tan altos parecía que este año no se veían daños pero cuando nos hemos subido a la cosechadora estamos viendo que hay corros completamente machacados" explica Jaime Andrés.

"En 40 minutos cosechando he contado 46 camas de ciervos" apuntaba ayer un agricultor de Montamarta mientras segaba el cereal. "Tenemos que ir a toda prisa porque los ciervos arrasan con todo, hemos visto manadas de hasta setenta bichos como vacas de grandes y cada vez hay más. Pisan las tierras, las comen y nos están machacando" se queja el presidente de la Junta Agropecuaria poniendo voz al malestar general de todo el sector.

Jaime Andrés reclama a la Junta de Castilla y León "que tome medidas ya; dicen que autorizan las esperas del jabalí, pero qué pasa con los ciervos. Con matar unos cuantos no se adelanta nada, hay que hacer un descaste acorde con la población porque la zona está invadida; al final vamos a tener que dejar de sembrar".

No se ha llegado a ese extremo pero el temor a la fauna sí ha modificado los cultivos. "Hemos dejado de sembrar girasol en esta hoja (zona que se cultiva un año y se deja descansar otro) porque lo machacaban". Y la situación puede empeorar. El presidente de la Junta Agropecuaria advierte de que "cuando esté segada toda esta zona los ciervos irán a buscar comida al otro lado de la carretera (N-630), va a ser un peregrinaje y aunque ahora hay menos tráfico por la autovía pueden producirse accidentes. Esperemos que no pase nada pero el problema con el tráfico es serio".

Jaime Andrés asegura que el personal de Medio Ambiente "es consciente de lo que hay, ven las manadas de animales, saben que esto cada vez está más invadido, no están tomando medidas y el problema va a más". Precisa que "los agricultores no estamos en contra de los animales pero no queremos estas manadas que arrasan con todo". Otro agricultor apunta que "los ciervos están pariendo en las tierras porque temen que los lobos ataquen a las crías. Los tenemos aposentados aquí".

En sus últimas declaraciones sobre este problema el delegado de la Junta, Alberto Castro, aseguraba que "desde el 1 de julio nos hemos comprometido con los cotos y las organizaciones agrarias a no denegar ni una sola espera de jabalí". Respecto al ciervo precisó que " se están cumpliendo los cupos cinegéticos y el año pasado se mataron más de 700 hembras".

En el coto de Montamarta lo cazadores abatieron tres jabalíes en la última espera autorizada y hay otra ya concedida. "El problema es que todo llega demasiado tarde, el daño ya está hecho" apunta otro cultivador de la zona.