Treinta ovejas muertas por los lobos es el escenariio que halló en esta mañana el ganadero de San Miguel de la Ribera, Felipe García, cuando se personó hacia las siete de la mañana a la explotación.

Los animales aparecían diseminados por la nave y las inmediaciones, en una finca cercada. "Llevo tres o cuatro ataques seguidos y me quedo sin ganado", expresa el ganadero, que considera que "la solución es que no haya lobos".

Su hijo, Felipe García, sospecha que los predadores posiblemente se desplazan del monte de El Maderal, y considera que la Administración debe abonar las pérdidas pero teniendo en cuenta el lucro cesante y no solamente la pérdida del animal.

La organización agria Coag también pide a la Junta de Castilla y León que ponga freno a los ataques del lobo con un mayor control de la especie y reclama indemnizaciones rápidas y satisfactorias.