Unas 800 personas presenciaron en la plaza de toros de Fuentesaúco la novillada en la que se dirimía el Garbanzo de Oro 2016 entre seis novilleros, los tres primeros clasificados del bolsín Tierras de Zamora, Cristian Pérez, Fernando del Rocío y Ángel Téllez, el triunfador del bolsín de Ciudad Rodrigo, David Salvador, el colombiano José Luis Vega y el joven de origen zamorano Jaime Casas. Los seis aspirantes se enfrentaron a seis novillos de la ganadería de herederos de D. Juan Mateos, de Fuenteguinaldo (Salamanca), bien presentados pero pequeños, que dieron buen juego en general, salvo el primero que no humilló en ningún momento, destacando el cuarto y el quinto.

Seis matadores

Abría la plaza Cristian Pérez, de Hellín (Albacete), ganador del bolsín Tierras de Zamora, poco pudo hacer con un novillo que llevaba siempre la cabeza por arriba, pegando tarascadas permanentemente, entró a matar en varias ocasiones y al terminar recibió los aplausos del publico. Al sevillano Fernando del Rocío se le vió nervioso e inseguro en todo momento, rematando la faena con varios pinchazos y el descabello. Jaime Casas, descendiente de Pinilla de Toro, salió muy decidido con el capote levantando al público de sus asientos, con la muleta estuvo muy firme y seguro llevando a cabo varias series de gran importancia, pero al no entrar la espada, la faena se quedó en fuertes aplausos saliendo al tercio. El salmantino David Salvador tuvo la suerte de encontrar a uno de los mejores novillos, al que toreó con gusto, pero al igual que sus compañeros que le precedieron, la espada le privaría de los trofeos, siendo aplaudido por el público.

Al madrileño Ángel Tellez le tocó en suerte un buen novillo al que entendío de principio al fin con el capote y muleta, rematando la faena con una estocada en todo lo alto, siéndole concedidas la dos orejas. El Colombiano José Luis Vega salió con mucha decisión recibiendo al novillo que cerraba plaza con unas verónicas, con la muleta realizó varias series de mucho gusto, por el pitón derecho, al rematar con una estocada el presidente le concedería las dos orejas.

Los dos últimos matadores salieron a hombros de la plaza, y finalmente, el jurado declaraba ganador del Garbanzo de Oro a Ángel Téllez, alumno de la escuela de Marcial Lalanda.