La campaña del ajo se presenta este año a nivel mundial más reducida, al igual que la asistencia de ajeros a la cita que tienen en Zamora los días 28 y 29 dentro del programa de las Fiestas y Ferias de San Pedro.

Uno de los que no falla nunca y que acumula distintos galardones por el producto que presenta es Conrado Rodríguez, agricultor de Jambrina y fiel a la feria que año tras año se desarrolla en la avenida de las Tres Cruces. Desde hace quince días, ayudado por familiares y amigos, empezaba para este agricultor la tarea de extraer los ajos de las fincas, ponerlos al sol y ahora ya en la recta final, lo más complicado y laborioso, ensamblar las ristras, los hilos, durante toda la jornada. La ristra es la que tiene 32 cabezas y el hilo 15.

Son cinco personas ayudando a jornada completa que se esmeran no solamente en lo rutinario de hacer las ristras sino en elegir los mejores para el cliente sepa apreciar tanto la calidad como la presentación. "Primero se empieza con tres y luego se van uniendo de uno en uno hasta completar el hilo" explican las hábiles trenzadoras Olga Gallego, Julia Merchán y Jesús Rodríguez. La semilla de la que nacen los ajos, cuando los plantan en el otoño, proviene de Francia, si bien es a través de un distribuidor de Fuentelapeña donde Rodríguez consigue la simiente del ajo morado y el blanco. "Normalmente sembramos a mediados de octubre. Hay que estar al tanto para prevenir enfermedades y luego tiene que llover para que engrome, eche la raíz y a partir de primeros de año es cuando empieza a nacer". Este año la lluvia le ha venido bien, porque tampoco ha hecho frío, pero si hay una cosa a destacar es que "el terreno de Jambrina es muy apto para este tipo de aderezo culinario".

Precio libre

Un cultivo que aporta un extra económico importante para la economía de casa de los agricultores y que normalmente se hereda de padres a hijos. Este año hasta nueve ajeros de Jambrina se han inscrito para acudir a la Feria.

En el 2012 y en el 2014 Conrado Rodríguez quedó de los primeros puestos, pero siempre ha estado en posición de pódium, que llegan ya con buena parte de la clientela fija, que lo buscan para realizar la compra del año. Y en cuanto a precios en esta edición el abanico creen que podrá ir de los siete euros a los tres y cuatro de los más pequeños. "Normalmente nos ponemos de acuerdo entre los ajeros para dar un precio lo más estándar posible, pero esto es libre y siempre hay quien ajusta a su gusto".

Al igual que el ajo la cebolla es un segundo producto que copa el mercado de la Feria. "La que nosotros plantamos es dulce y viene de Valencia".

Habrá que esperar al martes y el miércoles para que la clientela pueda comprobar in situ el ambiente que se respira en la Feria así como comparar la calidad entre los 382 puestos de los 229 productores que asisten al certamen y finalmente comprar, teniendo en cuenta el precio. "Nosotros prácticamente acabamos toda la producción en Zamora. Es la única feria a la que asistimos y lo poco que sobra lo sacamos a través de particulares, que ya nos conocen".