Guarrate se ha transformado hoy en la capital taurina de La Guareña; se puede decir que de toda la provincia. Aficionados llegados de toda la comarca, de la aledaña Tierra del Vino, de la propia capital y de las provincias de Salamanca y Valladolid se han dado cita en el segundo y último de los encierros camperos.

Tres novillos, el tercero especialmente bravo, salieron sucesivamente del camión en una pradera rodeada de público y con cerca de doscientos caballistas conformando una estampa puramente taurina.

Una mañana luminosa y fresquita recibió a la afición ansiosa de toros que desde una hora antes del inicio del espectáculo comenzó a buscar un buen sitio alrededor de la pradera de Trambasaguas para disfrutar de los espantes.

El público ha disfrutado con un encierro vibrante, donde los toros protagonizaron algunas bajadas espectaculares entre el tropel de jinetes. Otro de los astados entretuvo al público situado en la boca de la pradera, allí se quedó un buen rato atendiendo a los jóvenes cortadores que le salían al paso. El trapo o el paraguas servían como capotes a los aficionados lanzados al ruedo.

Ha sido una mañana de fiesta, entretenida y sin ningún incidente reseñable que se ha prolongado con el encierro por las calles.