La comarca terracampina presumía ayer en Villalpando de uno de sus principales motivos de orgullo, una industria que ha configurado una importante parte de su cultura e idiosincrasia y, sobre todo, que constituye el principal motor de su economía desde hace siglos: la ganadería de ovino. Un sector que ha sabido modernizarse y adaptarse a los tiempos para colocarse a la vanguardia de Europa en volumen de negocio, calidad, higiene y seguridad alimentaria, y que es responsable de uno de los productos más famosos de la provincia, el queso zamorano.

Una veintena de granjeros llevaron al Mercado de Ganados de la villa sus mejores ovejas y corderos, bien aseados y trasquilados, para enseñar con satisfacción su trabajo a pesar de que no atraviesan su mejor momento, dada la caída del precio de la leche. La mayoría de ganaderos de la zona pertenecen a la cooperativa Consorcio de Promoción del Ovino, que actualmente está vendiéndola a 0,063 euros (10,50 pesetas) por grado de extracto quesero -la suma de los porcentajes de grasa y proteína de cada litro de leche-, cuando hace solo un año la colocaba a 0,077 euros (12,75 pesetas). Aunque todavía queda algo de margen de beneficio "no estamos ganando tanto como teníamos que ganar", reconocían Satur Fernández y Sonia Pereira, que dirigen su propia explotación en Cerecinos de Campos

El presidente del Consorcio, Benjamín Fernández Anta, que también exponía sus ovejas, achacaba el problema a "la desunión de los ganaderos", que no tienen tanto poder de negociación como la industria. El Consorcio es una cooperativa de segundo grado que constituye la mayor empresa del sector, pero en el último año ha perdido a dos de sus socios, Asovino y La Mesta, lo que le ha hecho perder peso y ha perjudicado a todos. Miguel Barrero, de Quintanilla del Monte, también llevó algunas de sus ovejas Awassi, y se quejaba de que "la industria no duda en ponerse de acuerdo, y nosotros, que nos juntamos aquí todos los martes unos 200, no somos capaces de hacerlo".

Cientos de vecinos de toda la comarca pasaron a lo largo de la mañana por el mercado para ver las preciosas ovejas castellanas, churras y otras que aunque son de origen extranjero hace ya tiempo que forman parte del paisaje, como la Awassi o la Assaf. La mayoría llegaron hacia el mediodía, cuando se ofreció una degustación de carne de lechazo de Castilla y León guisada y de Queso Zamorano DO.

Previamente, la muestra fue clausurada por la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, acompañada del diputado provincial de Agricultura y Ganadería, José María Nieto; el diputado de zona, José Ángel Ruiz; el alcalde, Félix González y el resto de la Corporación, además del jefe de Agricultura de la Junta en Zamora, Isidro Tomás. Martín Pozo constató que la feria "se ha convertido en seña de identidad para toda la comarca, que vive fundamentalmente del ganado ovino", y por eso quería "mostrar el apoyo de la Diputación a los ganaderos y animarles a que sigan con su trabajo, aunque ahora estén de ovejas flacas, estoy segura de que van a salir adelante". La institución provincial apoya al sector con subvenciones a las asociaciones nacionales de criadores de razas, también con subvenciones a las asociaciones que hacen la asistencia técnica del control lechero, y además financia la feria Ovicampos, que se celebra en Villalpando desde el año 2003, no desde 2013 como por error publicó este diario en la entrevista del jueves 16 a Laura Grande.