El 15 de septiembre de 2009 la Guardia Civil rescataba una patera a la deriva en las costas de Tarifa. No era una travesía más en la trágica ruta de la inmigración ilegal. Por primera vez, a bordo de la pequeña lancha neumática viajaban solo menores. Seis chavales magrebíes entre 11 y 17 años huyendo de la miseria. Aquel episodio inspiró "Patera", una obra escrita por el profesor andaluz Antonio Morillas Rodríguez y que otro colega, Ángel Rodríguez, director del Grupo Trespass de Teatro del IES Fuentesaúco ha tomado para el montaje de este año.

"Siempre me gusta tratar temas relacionados con problemas actuales para sensibilizar. La inmigración ilegal, que de tan habitual parecía pasada de moda, no lo está; seguimos asistiendo a un desastre auténtico en el Mediterráneo" argumenta Ángel Rodríguez, quien hace realidad un proyecto mascado desde hace tiempo.

Pero no había nada editado que le convenciera hasta que se encontró con una obra de teatro representada por adolescentes y le gustó. Contactó a través de Internet con el autor, se presentó, le pidió el texto y "lo que no me esperaba es que en menos de 24 horas tenía la obra. Le estoy profundamente agradecido a Antonio Morillas por su generosidad, porque sin conocerme de nada y solo contactando a través de Internet, con lo que es este mundo me dijo, dispón como quieras".

El proyecto no podía comenzar mejor y el "atractivo de una historia real me encajaba muchísimo más porque además los chavales tenían las edades de los chicos con los que trabajo". Sobre el guión de Morillas el director saucano ha hecho algunas adaptaciones, la primera inventándose nuevos personajes en un escenario con más actores de los que salen en la obra original y retocándola con dos escenas nuevas que añaden dramatismo. "Me interesaba destacar todavía más la tragedia que está suponiendo la sangría de gente que muere en aguas del Mediterráneo" subraya Ángel Rodríguez.

El drama de la inmigración ilegal, que interpela cada día la conciencia de Europa, llega ahora de la mano de un grupo de teatro de adolescentes en la piel de aquellos chavales embarcados en una lancha neumática casi de juguete. "Un acierto del autor es que ha dado nombre a los personajes, cuando se dirigen unos a otros casi siempre empiezan por su nombre y eso es importante porque cuando ves las imágenes por televisión no ves personas sino gente sin nombre. El hecho de personalizar humaniza porque dejan de ser inmigrantes y empiezan a ser personas, y el espectador acaba empatizando mucho más con lo que está viendo" reflexiona el director. "El hecho de que sean personajes de carne y hueso es otro valor añadido para la obra".

Un montaje "sin concesiones", donde los actores prácticamente se han visto obligados a mimetizarse con los jóvenes magrebíes de la historia. Un hecho tan humano y tan real ha generado vivencias inesperadas hasta para el propio director. "Cuando íbamos a ensayar al teatro en febrero, que hace bastante frío, de repente te piden que enciendas la calefacción porque están helados. Y les dices, perfecto, lo he hecho adrede, ¿y si estuviérais metidos en una barca a las tres de la madrugada con un ochenta por ciento de humedad? Es una experiencia tremenda".

O cuando llegan las diez de la noche y les pica el hambre. "¿Pero no estábamos representando la escena donde se quedan sin comida?, ¡qué mejor que tener hambre para representar esto!". O la incomodad de estar hacinados en una barca neumática, que es donde se desarrolla la obra. "¡Vaya lancha que has comprado, aquí no entramos, me duelen las piernas, no me puedo mover...!". Y el director les pone en su sitio "¡Cuidado que te caes al agua....! Ha sido una invitación a la reflexión" explica satisfecho Ángel Rodríguez.

Estamos ante una creación dramática pero a la vez "divertida porque los jóvenes actores y actrices han tenido que reflexionar mucho sobre la realidad de la inmigración y hacer intervenciones diametralmente opuestas a la vida que nosotros llevamos".

Un contraste metido en vena por un director caracterizado por exprimir al personaje casi hasta la extenuación. "Me ha resultado difícil pero ha sido muy enriquecedor y todo un reto crear una dinámica dramática que capture al público. Mantener la atención es complejo porque tienes la limitación de los movimientos, en esta obra la tarea actoral es clave y fundamental. Y estos jovencísimos actores salen bien parados".

"Patera" encaja en la trayectoria solidaria desarrollada por el IES Fuentesaúco; desde hace años colabora con el Banco de Alimentos y organiza anualmente una carrera en beneficio de "Save the children". Ahora esta obra sobre el drama de la inmigración, con el matiz de infantil, se presenta con el doble objetivo de concienciar al público del problema y a la vez recaudar fondos que se destinarán Proactiva Open Arms, una ONG creada por un grupo de socorristas de Badalona que se dedica a salvar vidas en el mar. Desde el mes de septiembre están trabajando en la isla de Lesbos para ayudar, a pie de playa, a los refugiados que llegan a la costa griega.

La ONG no se ha elegido al azar. "La obra de teatro transcurre en el mar y ellos atienden la primera ayuda en la misma playa. Ese momento es muy importante porque el primer contacto es fundamental y estos voluntario están trabajando sobre el terreno de manera altruista" explica Ángel Rodríguez. Para el profesor saucano "éticamente el compromiso es que si hablamos de estas personas, si estamos viendo imágenes a diario en televisión, si nos llegan constantes mensajes reclamando ayuda, me siento en la obligación de hacer una recaudación de fondos para ayudar" explica. "Además es bueno que los chicos y el público en general visualicen esta realidad y no solo sensibilizar sino concienciarnos de que desde aquí podemos aportar algo".

Para ello se va a establecer el precio simbólico de un euro por entrada -a partir de ahí se puede aportar cuanto se quiera- y se habilita una fila cero para donaciones voluntarias. Una recaudación que comenzará con el estreno de la obra, para el instituto, el 21 de junio en el Teatro Municipal de Fuentesaúco. Además habrá un estreno oficial para el pueblo y el grupo está abierto a las representaciones que surjan, tanto en La Guareña como en otros lugares. Una oportunidad para ver teatro y aportar un granito de arena en la ayuda a los refugiados.