Jorge Hernández es ganadero de pura cepa, miembro de una generación (él representa la tercera) de criadores de vacuno, desde que en el año 2000 se incorporó a la explotación de su padre en Monfarracinos. Es joven y comprometido con los problema de un sector inmerso en una profunda crisis derivada de los bajos precios de la leche y alimentada con críticas vertidas desde "el desconocimiento total", cuestionando la profesionalidad de los ganaderos. En un intento de romper estos tópicos y acercarse al consumidor, Afriza ha organizado el sábado una jornada de puertas abiertas.

-No corren buenos tiempos para los ganaderos de vacuno de leche, muchos gigantes contra los que luchar.

-Siempre ha habido que luchar contra muchas cosas y hoy creo que todavía más. Necesitamos, diría que por imperativo legal, tener un precio justo. Se nos puede llenar la boca por querer ser más y más, pero cuando vendes tu producto por debajo de tu coste de producción es imposible ser competitivo y producir.

-Sin embargo esa es la realidad y sin muchas esperanzas, pese a las declaraciones políticas, de que pueda cambiar.

-La prueba está en que nos encontramos con zonas donde se está recogiendo la leche a unos precios ridículos, casi vergonzosos. A la distribución, sobre todo hoy en día y después de haber firmado el famoso "acuerdo de las corbatas", se le llenaba la boca diciendo que iban a ser muy prudentes y justos, pero siguen haciendo "dumping" y vendiendo a pérdidas. La semana pasada sin ir más lejos teníamos el supermercado Día vendiendo la leche a 20 céntimos; después es muy fácil salir en los medios y decir que nos hemos equivocado, pero no es cierto porque es una práctica habitual. Lo siguen haciendo.

-No se explica que sigan pasando estas cosas, con tantos organismos creados para el control y velando por la cadena alimentaria.

-Se está demostrando que no sirven para nada. Pero es muy curioso; cuando nosotros planteamos que en el contrato lácteo tiene que haber más garantías y recoger precios y costes, en seguida el Tribunal de Defensa de la Competencia dice que no es posible. Parece que actúa solo para unas cosas porque para tirar los precios no sabemos dónde está. Es verdad que se está denunciando, pero lo que hace falta es que esas denuncias se lleven a término y haya sanciones reales porque están jugando con nuestro trabajo. Además hemos llegado a un punto de desprestigio total de la leche; un producto que vendes a 20 céntimos es que lo consideras insignificante. Es más barato un litro de leche que un litro de agua.

-¿Cómo se ha llegado a esta situación con un producto de primera necesidad?

-En España el problema viene de hace muchísimo tiempo, somos deficitarios, producimos menos de lo que consumimos y nos hemos convertido un poco en el vertedero de los excedentes de Europa. Toda la leche que se produce de más en países como Holanda, Francia o Alemania nos viene para aquí. Tenemos además el agravante de que la mayor parte de la distribución es de capital extranjero, la industria española no está bien posicionada en los mercados exteriores. Es una industria que se ha dedicado prácticamente solo a hacer leche líquida y muy poco producto transformado, que es el que realmente te aporta un retorno y un beneficio.

-Y para remate una liberalización de cuotas que ha agravado el problema ¿no?

-Ha contribuido a ponerlo todo mucho peor y encima diciendo que tenía que ser una oportunidad y había que producir más y más. Ese ha sido uno de los grandes errores porque ahora nos están diciendo que tenemos que producir menos. Si con un incremento de solamente un cuatro por ciento hemos llegado a esta situación, imagínate si hubiéramos hecho caso y hubiéramos producido esos tres millones de toneladas deficitarias.

-Pero hubo quien pensó, hasta en el propio sector, que liberalizar era una buena solución.

-Yo no se en qué pensaban, hoy parece que están por todo lo contrario. La administración defendió la liberalización de cuotas total. Yo, y mi sindicato Coag, defendimos siempre que debería de ser un sector que estuviera regulado porque es un sector estratégico y debería de tener un control. Hemos tardado poco tiempo en ver que lo que defendíamos nos ha dado la razón.

-Sin embargo desde el Ministerio de Agricultura se ha insistido en que la situación iba a cambiar y los precios de la leche subirían

-Se va a peor y me gustaría saber qué medias han tomado, porque se les llena la boca diciendo muchas cosas. En un papel se puede plasmar lo que se quiera, pero las medias han de ser efectivas y reales para el sector. Ahora mismo nos plantean una reducción voluntaria y nadie nos puede obligar a eso. Han venido de Europa como si hubieran conseguido un gran logro, una reducción voluntaria. No señores eso lo hago yo si quiero en mi casa sin necesidad de que me lo digan.

-Algo de culpa se podrá achacar también a los ganaderos, que no han estado especialmente unidos.

-Es verdad, debemos de reconocer que nos ha faltado unión y cuando se vendió la idea de que había que producir más y más, hubo macro explotaciones que pensaron que iban a acaparar todo el sector productor y les iba a beneficiar, pero en muchos casos han sido las más perjudicadas y las que más trabas han tenido para la recogida y para los precios. Pensar que creciendo más y más vas a ganar creo que es un error porque en el momento que pierdes ese tejido social e industrial que tienes alrededor, no tienes nada. Y además hay que destacar que somos, junto con el ovino de leche, el sector que más población fijamos de verdad en el medio rural. Porque la agricultura la puedes llevar viviendo en la ciudad pero en el sector de la leche te vincula a la explotación.

-Y el relevo es complicado, hay jóvenes reacios...

-La media nuestra está por encima de los 55 años y en apenas cinco o seis años el sector se va a quedar en la mitad. Encima las administraciones con sus decisiones acentúan el problema y al final se cierran muchas explotaciones por inviables. No puedes seguir produciendo por debajo de costes.

-¿Cómo se vive eso de que cuando viene fin de mes no cuadran las cuentas?

-Te dan ganas de dejarlo todo pero es que además es una industria donde no puedes decir hoy paro y dejo de ordeñar porque las vacas siguen comiendo y continúas con un gasto importante en alimentación. Hay familias que lo están pasando muy mal, granjas que están vendiendo animales para llegar a fin de mes, por tener algún tipo de ingreso. Y si encima tienes que hacer frente a unas inversiones importantes, como la mayoría de los que hemos apostado por este sector, pues apaga y vámonos.

-¿Entonces cualquiera no se puede meter en este negocio?

-Estamos haciendo frente a unas inversiones tremendas. Hoy en día es imposible que alguien de fuera del sector monte una explotación porque la inversión económica es brutal y para tener una rentabilidad ridícula.

-Y a mayores soportan críticas a veces duras desde las redes sociales, como han denunciado.

-Me ha sorprendido que se pueda hablar tan mal de un sector del que no se conoce apenas nada. Una de las cosas que vamos a hacer en la jornada de puertas abiertas del sábado es entregar una hoja apuntando una serie de falsos mitos que se han difundido sobre la leche, desmontados científicamente con documentación y bibliografía para consultar. Es muy fácil en las redes sociales decir que la leche es un producto malo, que producimos en malas condiciones o que maltratamos a los animales. Cualquiera que diga eso tiene un desconocimiento total y absoluto; los primeros que tratamos bien a los animales somos los ganaderos. Para que una animal produzca tiene que estar en las mejores condiciones higiénicas, sanitarias y de bienestar.

-La asociación Afriza será un buen termómetro para valorar la pérdida de explotaciones.

-Somos unos 105 ganaderos, nos movemos, tratamos de dar formación para el sector, pero ahora nos encontramos con gente que ha abandonado y otros han tenido que irse de la asociación porque no puede hacer frente a la cuota. Que alguien se vaya por jubilación o porque deja el negocio vale, pero hemos tenido bajas por impago de cuotas y esto es muy triste.