En la recta final de la campaña cerealista el campo presenta una estampa envidiable. «La cebada ya está salvada, el trigo con estos calores puede tener algo de peligro» reflexiona Antonio Medina. Aun con todas las cautelas de un oficio que depende mucho del cielo, las sensaciones que se respiran en el mundo agrario es positivo. Hacía una década por lo menos que no se presentaba un «cosechón» semejante, aunque mejor lanzar las campanas al vuelo lo justo. «Hasta que el grano no esté en el remolque esto no se asegura» coinciden en subrayar Medina y Lázaro Zarza.

Desde la comarca de La Guareña José Antonio Perlines armoniza optimismo con prudencia. «El campo está bastante bueno, se complicó un poco con las malas hierbas que han salido precisamente por el agua pero el tono es bueno». ¿Producciones? «Si no se tuerce igual por aquí, en secano, llegamos a los 3.500 kilos por hectárea». Es verdad que «ha habido que estar muy encima con los tratamientos porque ha salido mucha hierba y enfermedades, pero lo normal es que se coja una buena cosecha, aunque este año se va a retrasar». El de ayer no era precisamente un día para mantener intacto ese optimismo, con temperaturas rondando los 30 grados que incluso pueden subir hoy. «Un golpe de calor fuerte puede hacer daño» subraya Perlines.

En la misma dirección se pronuncia Lázaro Zarza desde la comarca de Benavente-Los Valles. «El cereal en principio se presenta muy bien, a ver si este calor no hace daño al trigo». Una subida de las temperaturas que ayer mismo hizo reaccionar a los agricultores, como certifica el propio Zarza en su calidad de presidente de la comunidad de regantes. «Solo por la mañana han llamado unos diez para poder regar los trigos». Con el precedente de una recogida de forraje «espectacular» los agricultores cuentan los días para que ninguna incidencia meteorológica tuerza las previsiones.

Las previsiones más optimistas elevan los rendimientos, según zonas, entre 4.000 y 6.000 kilos

«Hay parcelas muy buenas que puede pasar los 5.000 kilos por hectárea, pero brincando los 3.500-4.000 la cosa irá bien» expresa este agricultor, sin duda más prudente en sus vaticinios que otros como Antonio Medina, de la zona de Toro; «en la comarca de Campos-Pan, muchas cebadas de secano van a estar entre los 4.000 y los 6.000 kilos por hectárea. Hay gente que ha asegurado la cosecha con unos rendimientos altos porque esperan recoger bastante».

Lorenzo Rivera, desde Peleas de Abajo, se muestra cauteloso con lo que pueda ocurrir lo que queda del mes de junio. «Hoy mimos (por ayer) rozando los 30 grados el grano lo acusa, todo depende de lo que dure la ola de calor. Son días cruciales para las gramíneas». Su optimismo coincide con la de los compañeros, subrayando además el ahorro en el riego; «el año pasado a estas alturas ya habíamos dado seis o siete vueltas y eso lo nota el bolsillo».

Con lo que no se contaba era con un gasto más extraordinario de la cuenta para atacar las malas hierbas y hongos, con tratamientos que en torno a los 50 euros por hectárea, en algunos casos doblando.

La cruz de unas perspectivas tan optimistas es un «mercado loco» que presenta los precios «muy bajos» -«ridículos» según la definición de Asaja- ante la indefensión de unos agricultores «sin ninguna herramienta que les permita defender el precio de sus producciones».

Con 150 euros por tonelada la cebada y en torno a 156 el trigo, los agricultores ponen freno al optimismo del «cosechón»; «con rendimientos de unos 3.500 kilos como los que se dan por aquí hay que echar muchas cuentas para no tener pérdidas» apunta Lorenzo Rivera. «Si tuviéramos esos cosechones de Burgos o Francia, con 6.000 y 7.000 kilos la cosa cambia pero aquí no podemos lanzar las campanas al vuelo; con estos precios la cosa no está para tirar cohetes y depender de un mercado mundial es muy esclavo». Y no parece que sea cuestión de cantidad; el año pasado, con mucho menos grano en las tierras, los precios tampoco subieron.

Pese al moderado optimismo hay datos que demuestran la «alegría» del sector agrario. Valga como ejemplo el aumento de la maquinaria agrícola, hasta en un seis por ciento en los cinco primeros meses de mayo respecto al año pasado. Sin datos del Ministerio de Agricultura referidos al conjunto nacional, con Castilla y León a la cabeza solo superada por Andalucía.