A día de hoy, en ocho pueblos de la provincia de Zamora siguen sin poder beber el agua del grifo debido a la presencia de sustancias contaminantes en sus acuíferos, y aunque la Diputación Provincial les abastece de agua potable a través de diferentes métodos, siguen esperando una solución definitiva. Hace muy pocos años se contaban por decenas las localidades con problemas en sus redes de abastecimiento, y aunque la Diputación de Zamora poco a poco ha ido construyendo potabilizadoras de ósmosis inversa en la mayoría, aún quedan ocho pueblos en los que los vecinos tienen que rellenar botellas.

En Piedrahita de Castro, el pueblo de la presidenta, reciben cada miércoles un camión cisterna para coger agua para toda la semana, en Tardobispo la Diputación abastece a los vecinos de agua embotellada, aunque pronto estarán conectados a la red de Zamora, y en otras cinco localidades de Campos y Pan rellenan sus botellas en potabilizadoras portátiles instaladas en las plazas, se trata de Villamayor de Campos, Pobladura de Valderaduey, Manganeses de la Lampreana, Moreruela de los Infanzones y Benegiles. Lo mismo sucede en un pueblo de la comarca de Aliste, en San Vitero.