Fariza vivió ayer su gran día cuando al amparo de la Virgen del Castillo, los pendones y pendonetas de los pueblos del Bajo Sayago toman vida para participar en la romería popularmente conocida como de Los Viriatos.

El pueblo se transformó con el recibimiento a los cientos de personas que se dan cita en este singular rincón del Parque Natural de los Arribes del Duero. Desde bien pronto los sones de la gaita y el tamboril anunciaban una fiesta que comenzó con la bienvenida de los hijos de Fariza a sus vecinos de Badilla, Cozcurrita, Mámoles, Palazuelo, Tudera, Zafara y Argañín. La invitación al escabeche después del peregrinaje por los caminos de Sayago dio paso a la misa en una abarrotada parroquia donde los feligreses se postraron a los pies de la Virgen mientras los alrededores estaban sembrados de los tradicionales puestos artesanales de artículos y productos de la tierra.

Una mañana bulliciosa donde los romeros buscaban el mejor resguardo para dar cuenta de la comida campera en un día muy caluroso. Grupos de familias y amigos se reunían en torno a la mesa mientras los pendones y pendonetas descansaban a la espera de la gran procesión a la ermita de la Virgen del Castillo, ya por la tarde.

Hasta allí llegaron los sayagueses, personas del otro lado de la "Raya", de Zamora y hijos del Bajo Sayago que viven fuera pero son fieles a su fiesta. El santuario, situado a orillas del Duero en un enclave privilegiado para divisar el gran cañón, se llenó de devotos que acompañaron a la Virgen del Castillo.

La esplendorosa primavera, con el campo rebosante de vegetación y teñido de vivos colores, otorgó una belleza especial a esta romería en su discurrir por el paisaje de los arribanzos.

Los gigantes de tela blanca, habilidosamente dirigidos y portados por varias personas, sobresalían en este singular desfile en torno a la Virgen del Castillo que era portada en hombros mientras la música tradicional acompañaba a la procesión. Los devotos y el público en general soportó las altas temperaturas en pos de una manifestación religiosa y popular única en la comarca de Sayago.

Ya de vuelta, la despedida. A Badilla, Cozcurrita y Argañín en La Puente el Puerto; a Mámoles en La Fontanica; a Palazuelo en El Humilladero; y a Zafara y Tudera en Las Paneras. Todos volvieron a sus destinos con sus respectivos pendones y simbología religiosa hasta dentro de un año, cuando el primer domingo de junio se renueve la tradición y devoción a la patrona del Bajo Sayago.