La Junta Rectora del Parque Natural del Lago de Sanabria, reunida esta mañana bajo la presidencia del delegado territorial de la Junta, Alberto Castro, ha conocido la memoria de actividades en la que se recogen todas las actuaciones desarrolladas en el Espacio Natural Protegido durante el año 2015, destacando la inversión de 651.894 euros en el mantenimiento y mejoras de este espacio natural.

En el año 2015 el Parque Natural ha recibido 611.356 visitantes, lo que supone un incremento del 7 % respecto al año 2014. La mayor afluencia de visitantes se registró durante el verano, 345.545 personas, un 5 % más que en 2014. Asimismo, las Casas del Parque de San Martín de Castañeda y del Monte Gándara recibieron un total de 32.556 visitas durante el pasado año, 14.390 y 18.166 respectivamente. De estas, 7.566 personas acudieron mediante el sistema de cita previa, en 181 grupos organizados. Por comunidades autónomas, el mayor número de visitantes proceden de Castilla y León y Madrid, seguidos por Galicia, Andalucía y País Vasco. En cuanto a las nacionalidades, sin contar España, los visitantes vienen sobre todo de Portugal, seguidos de Francia y Países Bajos.

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente destinó 651.894 euros para el funcionamiento del Parque Natural del Lago de Sanabria con diversas actuaciones de mejora del entorno medioambiental. Destacan la inversión de 377.862 euros destinados a trabajos silvícolas preventivos de incendios forestales, el mantenimiento de los cotos de pesca con 20.000 euros y la instalación de un observatorio accesible en la senda botánica de la Casa del Parque Monte Gándara cuya inversión ascendió a 11.943 euros.

Respecto a las condiciones hidrobiológicas del Parque Natural, destaca el buen estado de las aguas del Lago de Sanabria, que según los parámetros analizados durante 2014 se han mantenido dentro de los valores habituales de un lago oligotrófico, de aguas transparentes (5,91 metros de media) y baja mineralización. Estas características continúan haciendo del Lago de Sanabria la masa de agua de cierto volumen mejor conservada de toda la Península Ibérica, donde este tipo de ecosistemas, que son cada vez más escasos, sirven de hábitat a especies tan exigentes como la trucha, la nutria o el desmán.