Dos casas completamente destruidas y una tercera "tocada" es el balance del incendio que se desencadenó ayer en el casco urbano de Lubián. La hora, las dos de la tarde, evitó males mayores porque las personas que vivían en las casas, todas estaban habitadas, pudieron reaccionar a tiempo para salir y no hubo que lamentar daños personales, excepto pequeñas quemaduras de uno de los moradores, de unos 50 años, que luchaba por salvar la casa.

Era la persona más joven de los moradores de las viviendas afectadas, situadas en la calle Fontarbela. El resto, todos octogenarios y una señora sin movilidad a la que hubo que sacar literalmente en volandas por las escaleras. A pesar de que hay un elevador para que pueda salir de casa, justo se fue la luz cuando la iban a introducir y fue rescatada en brazos.

Las primeras hipótesis apuntan a una chimenea como causa del incendio que se propagó con fuerza a las dos viviendas colindantes. Nada más percatarse del humo se produjo la movilización de los vecinos y el personal del Ayuntamiento que echaron mano de las mangueras conectadas a las bocas de riego mientras llegaban los bomberos.

Primero fue una dotación de Rionegro del Puente, pero la gravedad del siniestro obligó a buscar refuerzo en los bomberos alistanos del parque de San Vitero. El objetivo era controlar las llamas que se extendían peligrosamente hacia el resto de la manzana de viviendas, unas pegadas a otras, con los techos y forjados de madera y la parte de abajo cargada de leña.

Así, no se pudo evitar la destrucción de la casa donde se originó el fuego, habitada por un hombre de 50 años con su madre octogenaria, y una de las colindantes, donde moraba un matrimonio de avanzada edad con la señora en silla de ruedas. Por fortuna en ese momento se encontraba la persona que les asiste y eso facilitó un desalojo con enormes dificultades.

Fueron momentos de tensión y "muy duros" como afirmaba el alcalde de Lubián, Felipe Lubián. "Ver a un señor de avanzada edad diciendo que solo le quedaban las botas, los pantalones y la camisa resulta muy triste". Tan penoso para estas familias que el hombre se resistía a salir y prácticamente hubo que sacarlo a la fuerza. Y el vecino de la casa donde todo comenzó tuvo que se trasladado el centro de salud para curarse de unas pequeñas quemaduras en las manos.

La intervención de la Guardia Civil y los vecinos más jóvenes permitió poner orden en el caos y gestionar de la mejor manera los momentos de gravedad y miedo que se vivieron en este pueblo de la Alta Sanabria.

Los bomberos permanecieron más de seis horas en la zona hasta que se aseguró la extinción total del incendio y se revisaron las casas colindantes. Los vecinos de las viviendas afectadas fueron realojados con sus familias que viven en el propio pueblo.

El siniestro vuelve a poner en evidencia la necesidad de aprovechar los recursos de la mejor manera posible. Porque los bomberos más cercanos a Lubián se encuentran en Verín (Orense) a 50 kilómetros, mientras que los llegados de Rionegro tuvieron que hacer el doble de recorrido y más aún los que se trasladaron desde San Vitero. "Tenemos que conseguir un convenio con los bomberos gallegos igual que lo tenemos a nivel sanitario (los vecinos de la Alta Sanabria acuden a urgencias de Verín por estar mucho más cerca que Zamora capital); para ciertas cosas no deben existir las fronteras de las comunidades autónomas".