La limpieza de los montes alistanos es vital para la prevención y la lucha contra incendios forestales. Una vez que la madera de los pinos ha salido camino de las fábricas madereras se buscan nuevas alternativas para eliminar las ramas y copas de los pinos, para ello se utiliza una maquina que literalmente muele la leña "dejándola como si fuera harina". Las labores se están desarrollando ahora en el monte Encrucijada de Alcorcillo, una de las primeras repoblaciones de pinos en Aliste, tras la Guerra Civil, que en los años 80 ya fue cortado a matarrasa. Con el dinero, entonces, el pueblo afronto la red de abastecimiento de agua.

La empresa Bosque Verde & Biomasa y Madera de Zamora asume la molienda que generará alrededor de 300 toneladas de materia prima, parte de la cual se está llevando a una fábrica de Orense en Galicia. Otra parte salía ayer de camino a la fábrica de cromos Pam, en Burgos. La máquina tritura entorno a 80 toneladas al día y cada jornada salen cuatro trailers para la fabricación de pellets que cumplirán su objetivo dando calor a los hogares de España, así como para fabricar aglomerados.

Antaño las madereras solo aprovechaban troncos de pinos y chopos destinados a la fabricación de palets para embalaje de materiales de construcción, postes telefónicos, cerramientos y tutores para los emparrados de los viñedos. Las frondosas ramas y copas quedaban en los montes, abandonados, convertidos en pólvora para los fuegos y fuente de llegada y asentamiento de plagas. La regeneración natural llevó a la existencia de alrededor de 3.000 plantas por hectárea, cuando en las plantaciones no se pasa de los 1.200. Era tal la abundancia que muchos se han tenido que cortar a motosierra, dejando en torno a 900 por hectárea.