Un ganadero de Villárdiga encontraba esta mañana los restos de un ternero recién nacido, que había sido devorado por los buitres, y a la madre muerta a su lado. De la cría las aves carroñeras solo dejaron los huesos.

Un ataque de este tipo es poco común en esta zona, ya que los buitres no son asiduos de la Tierra de Campos, pero sí son capaces desplazarse grandes distancias en pocas horas.

La explotación afectada se llama Agropecuaria El Tomillar, es una ganadería de vacuno en extensivo y está ubicada en el prado de Villárdiga. El ataque se produjo esta mañana y los trabajadores de la explotación llegaron a ver las aves, al menos siete buitres, en la zona disfrutando del festín.