La oleada de robos en las iglesias de los pueblos ya ha afectado a al menos 51 templos en lo que va de año, según los datos recabados por este diario, aunque la cantidad de asaltos es aún mayor ya que varias parroquias han sido blanco de los ladrones en más de una ocasión a lo largo de los últimos meses. Sin embargo, la Subdelegación del Gobierno, consultada por este diario, solo reconocía 27 asaltos a iglesias y ermitas de la provincia durante este año, una cifra que según los datos recabados por el periódico se ha alcanzado solo con las afectadas en el Arciprestazgo de Aliste y Alba, y los robos también se están dando en otras zonas del oeste zamorano como Sanabria, La Carballeda, Los Valles e incluso en la Tierra del Pan.

Cabe destacar que los asaltos a iglesias rurales no son un fenómeno nuevo de los últimos dos meses, ya en la primavera del pasado año los cacos actuaron en siete parroquias de Sayago, un delito sobre cuya autoría nunca se volvió a saber.

Normalmente los ladrones no se llevan objetos de gran valor económico, de hecho, en la mayoría de los casos solo entran a por la exigua recaudación del cepillo. Sí son importantes, sin embargo, los daños que los autores de dichas fechorías causan durante los asaltos, rompiendo cerraduras, puertas y verjas, cuya reparación genera un cuantioso gasto a las parroquias, pero sobre todo, la sensación de inseguridad que crece entre los vecinos de las zonas afectadas. "Cuando terminen con las iglesias vendrán a las casas", es una de las frases más comentadas estos días en las calles de las aldeas alistanas y sanabresas. De hecho, además de iglesias y ermitas los cacos ya han asaltado varias Casas Consistoriales de la zona, como las de Ferreruela, Tábara, Rábano de Aliste, Puebla de Sanabria y Palacios.

El sentimiento de indefensión llegaba a su cúspide el domingo, cuando se conocía que en Rionegro del Puente había sido asaltado el santuario de la Virgen de la Carballeda, situado en pleno centro del pueblo y junto a la carretera Nacional 525, sin que nadie les viera ni oyera.

La sensación en estos pueblos es de que las bandas de ladrones "campan a sus anchas" por las noches, robando de pueblo en pueblo sin que la Guardia Civil consiga darles caza pese a que son reincidentes. La Benemérita mantiene una investigación abierta, y según las fuentes internas consultadas por este periódico sospechan de una banda organizada procedente de Portugal, aunque estarían esperando a pillarles in fraganti para poder abrir diligencias contra sus miembros. Dicha banda tendría un contacto a este lado de la frontera que les facilitaría la información sobre las iglesias más fáciles de acceder y cómo hacerlo. Sin embargo, los últimos robos en templos de Los Valles o en Torres del Carrizal hacen pensar que podría haber un segundo grupo organizado.

Los curas de Aliste y Sanabria también se sienten "desbordados" por tanto robo, tras más de dos meses de continuos sobresaltos. Cuando se descubre una cerradura rota en una iglesia el párroco ha de comprobar el estado de los templos en los pueblos más cercanos, pues normalmente los ladrones actúan "por zonas", robando varias iglesias en una misma noche. Y así han ido los curas alistanos, de disgusto en disgusto, desde que el 4 de marzo descubrieran el primer robo en la iglesia de Nuez.

El Arciprestazgo de Aliste y Alba celebró ayer una reunión en la casa rectoral de Carbajales, donde los curas analizaron la situación y decidieron, con vistas a evitar más destrozos, "dejar los lampadarios abiertos, y obviamente retirar el dinero inmediatamente después de casa misa", además de retirar los objetos de valor de todas las iglesias. "Creemos que hay varias bandas organizadas y que conocen el terreno, porque se han ido extendiendo como una mancha de aceite desde la frontera con Portugal hasta llegar a pueblos de la Diócesis de Astorga", declaraba el arcipreste, Héctor Galán, tras salir de dicha reunión.