La población de Fermoselle rompió ayer todas las rutinas para celebrar la romería de Santa Cruz. La festividad goza de todos los alicientes para los habitantes de la villa, que cumplen con todos los requisitos religiosos, gastronómicos y folclóricos necesarios para convertir el día romero y campero en una fecha entretenida y satisfactoria.

Los fermosellanos iniciaron el festejo desplazándose a pie desde la villa hacia la ermita del Santo Cristo del Pino, más popularmente conocida como Santa Cruz. El recorrido fue amenizado con la música desgranada por los integrantes de la Asociación de Tamborileros Juan de la Encina, que encabezaron la marcha junto con el alcalde del municipio, el popular Alejandro Fermoselle Berdión y el Equipo de Gobierno. "Arrea, arrea satanás, que de mí nada sacarás, que el día de Santa Cruz dije mil veces Jesús" es un dicho expresado en Fermoselle, al decir del concejal Manuel Moya, que se remite a los comentarios de los de mayor edad para señalar que, antaño, durante todo el camino la gente iba expresando "Jesús, Jesús, Jesús".

Llegados a la ermita de Santa Cruz, que por sus reducidas dimensiones no da acogida todos los romeros, asistieron a los actos religiosos. A continuación los participantes danzaron al son de los tamborileros y, reunidos en grupos familiares o de amigos, echaron el taco o degustaron chocolate y los típicos dulces locales. Mientras algunos regresaron a la villa, otros permanecieron dispersos por los parajes preparando el acomodo de la tarde, cuando tienen lugar el verdadero momento gastronómico. La población coloniza este punto del Parque Natural de Arribes del Duero para vivir al calor de las parrilladas una festividad cercana y nativa casi al 100%.