El santuario de Nuestra Señora de la Carballeda, de Rionegro del Puente, se suma a la larga lista de templos asaltados en Sanabria y la Carballeda y en la provincia. También fueron saqueados, en la noche del viernes al sábado, los templos de Camarzana, Pumarejo y Junquera de Tera. Y días, atrás, la iglesia de Valdemerilla y la ermita de Carbajales de la Encomienda.

Los ladrones se llevaron el dinero de los cepillos, los limosneros y lampadarios, dos medallas de oro de la Virgen de la Carballeda y de la Virgen del Rosario, además de un anillo. Los asaltantes provocaron importantes daños en la puerta de entrada al templo, al no poder forzar la cerradura de seguridad de acceso al edificio y apalancar uno de los paños de madera.

Con impotencia descubría los destrozos la tesorera de la Cofradía de Los Falifos, Adela Mateos, en la mañana del sábado, cuando el sacerdote le avisó que habían robado las otras iglesias. Al no tener noticias de un vendedor ambulante que habitualmente se pone en la puerta de iglesia a vender los sábados, pensó que el santuario se había salvado del saqueo. Pero no fue así. Al llegar descubrió la puerta forzada y, en el interior, halló los limosneros situados al principio de la nave, con las figuras de dos monaguillos, abiertos y vacíos. Lo mismo con los lampadarios situados en las naves laterales, en la parte delantera. La caja de los donativos de la Virgen, ante el altar, corrió igual suerte, aunque en este caso rompieron un cristal para apoderarse del dinero.

El saqueo se consumó también en la caja donde se depositan los donativos desde el limosnero abierto a la carretera por una de las naves laterales. Dentro de la sacristía se encontraron la puerta forzada, los cajones de uno de los muebles abiertos y toda la ropa tirada por el suelo. La cerradura antigua de un pequeño mueble donde se guardaban misales y vinajeras fue doblada para extraer una de las medallas de la Virgen del Rosario, que se echaba ayer en falta. Los ladrones se encaramaron al retablo para arrebatar al Patrona de la Carballeda una medalla de oro que portaba y que propició daños en la máscara que rodeaba la cara de la Virgen, ya que la doblaron.

Un golpe de suerte evitó que los ladrones no incrementaran el botín. Días antes se habían vaciado prácticamente todos los cepillos. El limosnero de la carretera se vació porque alguien atascó la ranura de las monedas al depositar un billete doblado. También se habían vaciado recientemente los cepillos y la caja de donativos con tapa de cristal, situada ante la virgen. Donde podía haber algo más de dinero era en los lampadarios. El párroco, preocupado por los robos en las iglesias, había pedido a una vecina que sacara los donativos de los limosneros y dejara las llaves puestas en las cajas, para evitar destrozos.

El templo de la Carballeda reunió días atrás a un importante número de feligreses para conmemorar el Año Jubilar de la Misericordia, con asistencia de un párroco de Aliste que comentó desolado la oleada de robos en sus parroquias.

Adela Mateos no ocultaba ayer su pena y su impotencia, sentimientos generalizados entre los vecinos del pueblo, que ven con estupefacción la oleada de robos, que afecta ya a más de medio centenar de iglesias de las comarcas de Alta Sanabria, Baja Sanabria y Carballeda.

El párroco de Valdemerilla comentaba con indignación los robos fruto y lo achacaba a la pérdida de valores y respeto. La Guardia Civil comunicó el martes pasado el robo en Valdemerilla, ya que ningún vecino se enteró. No se llevaron nada pero ocasionaron daños en la cerradura y los cepillos. Los bomberos de Rionegro se encargaron de arreglar la cerradura a petición del párroco. La Guardia Civil, sin medios ni efectivos suficientes en una comarca amplia y dispersa geográficamente y con un centenar de pueblos, daba instrucciones a las parroquias de no dejar dinero en los templos para prevenir. Toda presencia de desconocidos en los pueblos levanta la desconfianza vecinal al igual que la circulación de vehículos inhabituales.