Las lluvias ha deslucido, aunque sin restar ni un ápice de devoción, la romería internacional en honor a Nuestra Señora la Virgen de Fátima. Tras la tromba de agua nocturna, por la mañana escampó y las procesiones han podido hacer su recorrido desde Villarino, acompañados por la música de la agrupación alistana «Manteos y Monteras» y desde Petisqueira por la Banda Bragantina, bajo el tronar de los cohetes, que este año no había peligro de incendios.

La romería de la Virgen de Fátima se ha convertido por méritos propios en una de las más afamadas de La Raya junto a la Luz en Moveros y Constantim, la Riberiña de Quintanilha y la Salud de Alcañices, gracias a que ha sabido compaginar el aspecto religioso, acuden muchos devotos, con el comercial y el foclórico: atrayendo a infinidad de gaiteros y dulzaineros con su ancestral música.