La oleada de robos en iglesias de la provincia no parece tener tregua. Tras un "descanso" de unas semanas, en los últimos días los ladrones se han reactivado con nuevos asaltos, que pueden sumar ya 25. Los últimos tenían lugar en la madrugada de ayer en los templos de Torres del Carrizal, Almendra del Pan y Almaraz de Duero; en este último los ladrones se quedaron en el intento al reventar la cerradura de la entrada principal del templo sin llegar a acceder al mismo. "Igual oyeron algún coche u otro ruido y escaparon para no verse sorprendidos" aventura Luis Santamaría, párroco de Almaraz y Almendra.

Todo ocurrió en una misma noche sin que los vecinos se percataran de las fechorías. En Torres del Carrizal los asaltantes entraron por una ventana tras arrancar parte de la verja. Ya dentro de la iglesia reventaron el lampadario y los cepillos, entraron en la sacristía y revolvieron todos los cajones. Además abrieron el sagrario pero "al ver que el copón no tenía mucho valor lo han dejado tal cual" explicaba el párroco de Torres, Pedro Faúndez.

La peor parada ha sido la Virgen de Nuestra Madre, a la que los ladrones sustrajeron una corona de latón y el rosario. Por fortuna no tocaron otros objetos de mayor valor que había en el templo, quizás en la creencia de que el corona fuera de oro. Como suele ocurrir en los robos de iglesias, más que el valor económico de lo sustraído el daño es sentimental y alarmante para los vecinos, temerosos de la aparente impunidad con la que actúan los ladrones.

"Nuestros pueblos se están haciendo vulnerables con la despoblación y una edad media alta de sus vecinos" lamentaba un resignado subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, en declaraciones a los medios el pasado miércoles, antes de estos tres últimos asaltos. Es a lo más que llega la información oficial, a expresar que "se está trabajando" y que "es un terreno abonado" porque aunque "la Guardia Civil transita, visita los pueblos y aumenta su frecuencia, en algunas localidades están en una situación donde a partir de una determinada hora no transita nadie, incluso con zonas donde como mucho queda un vecino en esa calle o incluso ninguno".

En Torres del Carrizal fueron unos albañiles los que, pasadas las ocho de la mañana, vieron que la puerta de la iglesia estaba abierta porque, así como los ladrones entraron por una ventana, después pudieron salir por la puerta principal que se abre desde dentro.

En el caso de Almendra del Pan fue la propia Guardia Civil la que descubrió el robo durante un recorrido por las iglesias de la zona, una vez que se tuvo noticia de los asaltos en Torres y Almaraz. Al templo de Almendra entraron por la puerta principal y se llevaron las "pocas monedas" que había en un cestillo, porque forzaron un cepillo "que estaba vacío", como confirma Luis Santamaría.

La realidad es que los robos continúan y ya hay quién se pregunta, no sin sorna, si queda "alguna iglesia donde no hayan entrado". Todo apunta a que los asaltos en las tres parroquias de Tierra del Pan fueron sucesivos en la misma noche. En Almaraz no llegaron a entrar en el templo, aunque sí lo intentaron reventando la cerradura de la puerta principal. A primera hora de la mañana los propios vecinos se percataban de que la puerta estaba dañada y en seguida llamaron al párroco que se apresuró a llamar al cerrajero -después de hacerlo a la Guardia Civil- para reparar de forma inmediata la cerradura.

El rosario de templos asaltados durante los últimos meses no parece tener fin; ni siquiera los obispados de Zamora y Astorga llevan un recuento mientras los feligreses y la ciudadanía en general asiste atónita a este serial de asalto en las parroquias rurales.

"La gente se desanima y se entristece" coinciden en apuntar los sacerdotes Pedro Faúndez y Luis Santamaría. "No se puede entender que, sabiendo que ya no dejamos dinero porque nos cuidamos mucho, sigan entrando, provocando solo destrozos" insiste Santamaría. Destrozos que tienen que asumir las parroquias con sus escasos fondos. "Todavía estoy esperando que alguien pague el cristal blindado de San Pedro de la Nave que nos rompieron hace dos años" se queja el párroco, en referencia a otra oleada de robos ocurrida en 2013.