Nuestra tierra, allá en el Oeste, donde muchas veces caminos y vidas se vieron obligados a truncarse con las fronteras, quizás más administrativas que físicas, Aliste y los alistanos aprendimos a sobrevivir con dignidad, muy en particular nuestros antepasados, teniendo que luchar de sol a sol. Nadie nos regaló nada. La "Ternera de Aliste", gracias a la labor, trabajo y tesón, también sabiduría y constancia de nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, se convirtió en el buque insignia de la producción agroalimentaria de la Raya. Calidad y cantidad hecha manjar de dioses al alcance de los humanos.

En unos tiempos donde nuestros pueblos, la mayoría, mal que nos pese, van camino de la despoblación, los productos ganaderos, agrícolas y silvestres, se postulan como la única alternativa viable al desarrollo, para asentar familias y evitar la crónica de una muerte anunciada: la extinción.

Cuando en 1999 echaba a andar la Marca de Garantía "Ternera de Aliste" -mi recuerdo hoy para Germán Cerro Olmedo, entonces gerente de Adata- se abría una puerta a la esperanza y prueba de ellos es que desde entonces se han comercializado más de seis millones de kilos de carne fresca gracias a los ganaderos, carniceros y equipo técnico, con Santi Borrego Ojeda al frente, que, sin prisa pero sin pausa, han dado pasos firmes y seguros en busca de un éxito más que merecido.

Solamente mirando la nueva junta directiva ve uno que en el sector productor hay jóvenes que han hecho de la ganadería su vida y profesión compatibilizando dignidad y trabajo. Roberto Fuentes Gervás en Carbajales, Antonio Calvo Fernández en Ceadea, Paco Crespo Belver en Fornillos y Esteban Blanco Blanco -paisanos, a mucho orgullo, a los que conozco de años de juventud, verbenas y discotecas, pero ante todo por ser hijos de ganaderos como yo- son un claro ejemplo de todos esos hombres y mujeres que viven del campo y dan vida a los pueblos, que la ganadería, en este caso el vacuno, como el ovino, son el alma máter de la economía rural alistana.

La IGP pone en valor una delicatessen, la Ternera de Aliste, que cautiva a los mejores gourmets, personas con gusto delicado y exquisitos paladares, que de Madrid a Lisboa, de Valencia a San Sebastián certifican su excelencia: Ternera de Aliste es un manjar.