La romería de la Virgen de la Luz volvía a tener a uno de sus grandes atractivos el mercado internacional que ubicado en las laderas de España y Portugal congregó a alrededor de 300 puestos de venta por los que pasaron a lo largo de la jornada multitud de españoles y portugueses, volviendo a sus casas pocos sin haber comprado algo. La crisis, a decir de los comerciantes, parece ir en decadencia y las transacciones económicas volvieron a mover miles de euros. No obstante los portugueses reconocían que "en Portugal la cosa está bastante peor que en España".