La explotación de trufas negras en la provincia de Zamora es posible en determinados terrenos de las comarcas del este, ya que es imprescindible la presencia de caliza activa en el terreno. Esta es la principal conclusión de la jornada que tuvo lugar ayer en las instalaciones de Madridanos y a la que ha asistido la presidenta de la institución, Mayte Martín Pozo.

La jornada, dedicada a la truficultura, ha sido impartida por José Sánchez, director del Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (CIALE) y del Banco de Germoplasma de la Universidad de Salamanca. Precisamente este investigador ha conseguido producir trufa en la provincia de Salamanca donde no se había descrito de forma natural.

Al acto también asistió el diputado de Agricultura, José María Nieto, con el fin de mostrar su apoyo a la celebración de estas Jornadas Formativas de Agricultura y Ganadería Ecológica, la institución organiza desde hace años para dar impulso a las prácticas ecológicas en la provincia.

José Sánchez, según informó ayer la Diputación, explicó que la producción micorrizada de la trufa negra tiene una serie de ventajas e inconvenientes. En este sentido, indicó que por ejemplo la producción no se hace efectiva hasta los 5 o 7 años de espera o incluso 10 años. En base a las experiencias recientes, entre los 10 y los 15 años entran en producción el 50 por ciento de los árboles micorrizados para ir aumentando a continuación y la producción puede variar entre 10 y 40 kilos por hectárea. Aunque la trufa es un producto de invierno y su temporada habitual no pasa de 4 meses, lo cierto es que se puede congelar o envasar en conserva por lo que la temporalidad no le afecta en cuanto a la comercialización y es un producto con alto valor económico lo que lo convierte en rentable, una vez que el campo donde se cultiva entra en producción.