La sentencia del Tribunal Supremo que reintegra a la trucha arco iris, la carpa y al cangrejo rojo entre las invasoras llamadas a la erradicación refleja la discrepancia existente entre una parte del sector de la pesca y los conservacionistas.

Agustín Albiol pone de relieve que "los pescadores hablamos de preservar una realidad medioambiental y los ecologistas de recuperar el ecosistema", algo que considera imposible "porque, lo primero, habría que dinamitar las presas hidroeléctricas y esto es impensable. O envenenas el agua o lo desecas". Repara, asimismo, "en el número de camiones que serían necesarios para transportar los millones de peces y los miles de millones que costaría la operación". Dice entender que los conservacionistas hablen de reconversión del sector que trabaja en las catalogadas como invasoras en las originarias, pero se pregunta "¿quién lo paga?, pues no hay dinero en el Estado y es imposible llegar al objetivo final".

Los conservacionistas recalcan que "las especies exóticas invasoras constituyen una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo", y echan por tierra muchos programas de conservación.

La Dirección General del Medio Natural de Generalitat Valenciana no ha esperado a la publicación en el BOE y ya dio orden de que se suspenda "toda autorización para poseer, transportar y comerciar con dichas especies". "No se podrá autorizar ningún tipo de suelta o repoblación de cualquiera de estas especies, cuyo origen o destino sea cualquiera de los ríos de la Comunidad valenciana, ni siquiera para su autoconsumo".