Que regrese al pueblo una persona ligada a la exitosa serie televisiva "Cuéntame" para seguir trabajando y salir adelante tiene su qué, y que lo haga quien dio de comer a los personajes de la popular serie durante nueve años tiene su sabor. Es Montserrat Masague Santos.

Montse, como es conocida, tiene el saludo o el abrazo de buena parte de los actores y actrices españoles en el recuerdo. Y en las paredes del establecimiento que regenta, en Fariza, numerosas fotografías dan fe de que son muchos los que apreciaban su persona y su labor.

Masague, nacida en la pequeña localidad arribeña de Badilla, "a los quince años se trasladó a Madrid para trabajar y sacar adelante su vida". Halló acomodo sirviendo a una persona que "me enseñó los secretos de la cocina". Este buen hacer pasó a ser su profesión. No han faltado los reveses en su singladura, pero su gran etapa, "que nunca borraré de mi vida", es haber dado de comer durante casi una década al plantel de actrices, actores, técnicos y personal que hacen realidad la serie "Cuéntame". Lo consiguen a base de un esfuerzo que va mucho más allá de lo que aparece en la pequeña pantalla y que tiene a muchas personas clavadas en los sofás, reviviendo su infancia, su juventud o su madurez.

"El sol" Ana Duato

Ana Duato, "que es el sol más rico que puede haber. Siempre con la sonrisa en la boca", Imanol Arias, "que tiene su genio, pero que es buena persona", Juan Echanove, "que es un buen comedor, y se cuida todo lo que puede", y otras personas, algunas vegetarianas, recargaron energías con su cocina. Una tarea laboriosa que le obligaba a salir de casa a la cinco de la mañana porque a las 7,30 horas ya estaba el personal presente, en Pinto, para iniciar las muchas horas que conlleva el rodaje. El trabajo se alargaba aún más horas cuando se hacían rodajes "en hacer exteriores" y otros puntos del país. "Eran tres o cuatro primeros, y tres o cuatro segundos", preparados en la cocina instalada en un camión. Y en la mesa "sesenta y hasta 120 personas". "Fue una etapa de mi vida muy bonita. No sé si algún día veré alguno por aquí. Estaría encantada de volver a verles. Mantengo contacto con muchos de ellos" expresa Montserrat Masague, con un apellido no demasiado corriente ni en Badilla ni en todo Sayago. Entre las anécdotas cuenta que "un final de año la lié gorda porque tenía que hacer un besugo al horno, que debía quedar quemadito y, como era novata, se me achicharró y no lo pudieron comer. Se trajo otro y con efectos especiales".

Aquella etapa de película acabó y Montse decidió regresar a su tierra para, como a los quince años, trabajar y sacar adelante la vida.

"Yo aprendí a guisar. Es lo que sé: hacer tapas, comidas y trabajar" recalca. Ha optado por instalarse en Fariza, donde abrió la Casa Montse. Vino acompañada de su actual pareja y la decisión causó en los hijos (entre ambos suman cinco) una sensación de perplejidad porque elegir el medio rural es una aventura de valor. "Me planteé trabajar para una persona porque me llamaron para un restaurante, pero es hacerlo por cuenta ajena, por 900 euros y muchas horas del día. Así que me animé a venir" expresa. Considera que la vida en los pueblos es difícil y solo pueden tirar para adelante con iniciativas y la presencia de juventud, porque no haya otra salida que la ganadería y la agricultura.

"¿Verdad los salmones?"

Aunque Fariza es un pueblo que mantiene abiertos dos bares, que permiten el tapeo casero, Montse consideró que "dar algo de comer era una posibilidad de vivir". Arrendó un local, que ya fue bar, y lo adecuó con una atmósfera de pueblo, con taburetes que son puros troncos de árboles. En las paredes lucen decenas de fotos con los protagonistas o personal de "Cuéntame" y algunos cantantes, como Alejandro Sanz. "Un sol". Pero su fuerte es la cocina, el tapeo que prepara y, si alguien lo pide, la comida. Abrió el pasado 7 de diciembre y afirma que "si hemos aguantado los peores meses del invierno". Que su buena mano tiene aceptación lo evidencian las palabras de los propios degustadores, "que son los que tienen la palabra y los que tienen que valorar". Unos agentes medioambientales, en este caso, alaban el pincho moruno. Montse es un ir y venir de la cocina. Vecinos, residentes en los pueblos del entorno y turistas que eligen Arribes del Duero para conocer sus atractivos y valores paisajísticos y etnográficos recalan en su establecimiento con ganas de recargar fuerzas.

Entre los temas de conversación el proyecto de construcción de una piscifactoría de salmones en Fariza, además, "la más grande en tierra", con una inversión de 60 millones y entre 160 y 175 empleados cuando funcione a pleno rendimiento. ¿Será verdad"? se preguntan con un rostro de duda algunos presentes y bien servidos clientes. En sus ensaladas incluye el salmón, "pero porque es algo que tengo por costumbre" apunta Masague.

Montserrat Masague representa el retorno de una emigrante. Pero en este caso formada en gastronomía y con la suerte de tener un a vivencia que ilusiona a los comensales. Tiene, además, todas las vetas de una mujer "trabajadora". El pasado fin de semana ya conoció a otros turistas que se hacen notar aquí y allá: los ladrones. Quisieron llevarse la cuba que tiene instalada a la puerta de la Casa Montse.