Fuentesaúco ha vivido los días álgidos de la Pasión con intensidad y devoción a lo largo de las diversas escenificaciones que singularizan a una de las Semanas Santas más bellas del mundo rural zamorano. Por algo esta celebración se menciona expresamente en el documento que avala la declaración de la Semana Santa española como Patrimonio Cultural Inmaterial.

El valioso legado patrimonial, la implicación de las cofradías y el seguimiento del pueblo respaldan el valor de la Pasión saucana que tiene su máximo exponente en las procesiones y actos de los días de Jueves y Viernes Santo. El Jueves estuvo protagonizado por la procesión de la Pasión y el Vía Crucis de la Hermandad de Jesús Nazareno.

Y el Viernes Santo se ha enriquecido, desde el año pasado, con la ceremonia del Descendimiento de Cristo crucificado en la iglesia de Santa María del Castillo. Un acto que había desaparecido a principios del siglo XIX y vuelve a tomar vida de la mano de la Cofradía del Santo Entierro. La solemnidad caracterizó este acto en la mañana del Viernes Santo, al que siguió el Traslado de Jesús Yacente y la Virgen de la Soledad desde Santa María hasta la iglesia de San Juan Bautista con la participación de la Hermandad de Jesús Nazareno, la Cofradía del Santo Entierro y la Virgen de la Soledad acompañado a su Señora.

La tarde del Viernes Santo, tras la celebración de la Pasión y Muerte del Señor en la iglesia de San Juan, tuvo lugar la Procesión General del Santo Entierro con la participación de todos los pasos y cofradías que dan vida a la Semana Santa saucana en un largo recorrido por las calles del pueblo.

Los actos litúrgicos de ayer con el Besapié al Yacente, la procesión de la Soledad, la Vigilia Pascual y el Vía Crucis de los nazarenos dan paso hoy a la procesión del Encuentro y la Misa de la Resurrección.