Media docena de ovejas muertas y otras ocho heridas es el balance de un nuevo ataque atribuido a los lobos y que tuvo lugar en la noche del pasado miércoles al jueves. En esta ocasión fue perpetrado en la explotación del ganadero de Gáname, Ángel Sastre.

No es el primero que sufre este ganadero, que ya ha vivido otros dos siniestros, según precisan fuentes familiares. Y viene a sumarse a toda una serie de asaltos ocurridos a lo largo de los últimos meses en la zona y que se repiten con una cadencia cada vez más preocupante para un sector que mantiene a los rebaños plácidamente por el campo, merced a la gestión en extensivo. Las ovejas aparecieron diseminadas por el campo e incluso por los viales, y se apunta al lobo como responsable de la matanza, no solo por la naturaleza del ataque y por la forma de aplicar las dentelladas, también por estar presentes las huellas del cánidos en la zona del desastre.