Faltaban apenas quince kilómetros para llegar al hospital, pocos minutos al ritmo de una ambulancia que transporta a una parturienta, pero Sara no esperó. A la altura de Pereruela la pequeña nacía en la ambulancia medicalizada que trasladaba a su madre camino del Hospital Virgen de la Concha. Hoy las dos se recuperan sin complicaciones en el Complejo Asistencial después del atribulado parto ocurrido en la madrugada del domingo al lunes en plena carretera de la comarca de Sayago.

Todo se precipitó en las primeras horas de la madrugada del lunes. Cuenta el padre, Martiño, que su mujer llevaba "unos días con molestias, pero con la experiencia de dos partos anteriores Laura no veía que fuera tan inminente". Decidieron esperar en su domicilio de Bermillo -aunque son de Gáname viven allí temporalmente- hasta que la noche del domingo al lunes el malestar y las contracciones se aceleraron de tal manera que decidieron coger el coche camino de Zamora. "Al subir al coche rompió aguas" cuenta Martiño. Todo se aceleró, la pareja continuó viaje hasta que en el alto de Fadón, con la cobertura del teléfono ya asegurada, llamó al servicio de emergencias 112.

En pocos minutos se presentó una patrulla de la Guardia Civil de Bermillo; "una luz" para la pareja, pues los guardias permanecieron acompañándoles y asistiendo en la medida que podían hasta que se presentaron dos ambulancias, una desde Fermoselle y otra medicalizada procedente de Zamora, la encargada de trasladar a Laura hasta el Virgen de la Concha.

Martiño continuó camino con el coche precediendo a la ambulancia mientras su pareja, con la asistencia de médico y enfermera, arrancaban hacia el hospital. Pero no dio tiempo a llegar al paritorio; nada más pasar el pueblo de Pereruela la pequeña Sara venía al mundo mientras la ambulancia ralentizaba el paso para no entorpecer el nacimiento de la pequeña. "La experiencia de dos partos permitió a Laura gestionar bien ese momento" comenta Martiño sin dejar de valorar la actuación de los servicios sanitarios.

La sorpresa para el padre fue que cuando esperaba la llegada de la ambulancia, "en cuanto abrieron la puerta oí el llanto ligero del bebé". Y fue así como se enteró de que la pequeña había llegado al mundo. Pese a las circunstancias extraordinarias "fue un parto perfecto, sin ningún tipo de problema" cuenta Martiño desde la habitación del Virgen de la Concha donde la madre y su hijo se recuperan con plena normalidad.

Pasado el feliz "susto", el padre no tiene más que palabras de agradecimiento, tanto para el personal de la UME (ambulancia medicalizada de Sacyl) como para los guardias civiles de Bermillo que les acompañaron y arroparon, incluso hasta es hospital, pendientes de cualquier incidencia en la carretera.

Sara es ya la tercera de los hijos que tienen Laura y Martiño, los mayores de 6 y 3 años. Savia nueva y todo un acontecimiento, más para un medio rural tan necesitado de niños. En Gáname, donde próximamente se asentará la pareja, la llegada de Sara es un soplo de aire fresco.