Varias parroquias alistanas procedían ayer a retirar de las iglesias todos los objetos de valor ante la oleada de robos y el pánico desatado entre los feligreses. Se da por hecho los asaltantes "lo que buscan es dinero, porque hasta ahora a las imágenes no las han tocado", pero aseveran "el miedo es libre". La posibilidad de encontrar dinero en las iglesias se aventura difícil, no obstante, para evitar tentaciones, se advierte que a partir de ahora los cepillos se limpiaran después de cada acto religioso: "El problema esta en que son más los daños que originan que lo que se llevan", coinciden los responsables de los templos.