Los 130 profesionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME)Unidad Militar de Emergencias (UME), cuerpo integrante de las Fuerzas Armadas, finalizan hoy las maniobras que completan su preparación en la especialidad de búsqueda y rescate de personas desaparecidas en inundaciones y catástrofes. El escenario elegido se reparte entre diferentes puntos de la geografía sanabresa, desde el Parque Natural del Lago de Sanabria, pasando por Puebla y el embalse de Cernadilla, hasta el pueblo abandonado de Chaguaceda, en el municipio de Robleda-Cervantes.

Los soldados de la 52 Compañía del Batallón V, con sede en León, al mando del capitán Pablo Samaniego, culminaron esta semana una de sus tres etapas de programación anual, que incluye la preparación de la campaña de incendios y la campaña invernal. La compañía desplazada hasta Sanabria está compuesta por tres secciones, con 40 efectivos, al mando de un teniente. "Cada sección trabaja en un ejercicio específico, y a lo largo de esta semana todo ese trabajo de las secciones se ha puesto en práctica en conjunto" señala el capitán Samaniego. Todos los efectivos adquieren adiestramiento y conocimientos básicos en todas y cada una de las situaciones de emergencia en las que participan. Su zona operativa, el noroeste, abarca las comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria. La presencia de los soldados de la UME ha tenido una buena acogida de la población civil y muy especialmente de los niños.

En un escenario de inundaciones el problema más común es el atoramiento de los propios vehículos de emergencia y el recurso a todos los medios disponibles para recuperarlos e integrarlos al servicio. Más de 30 vehículos se han movilizado hasta la comarca en estas maniobras. Al frente de la práctica de rescate de vehículos, empleando diferentes técnicas, ha actuado el teniente Rafael Fernández, que pone a prueba las habilidades para sacar el primero de los camiones, de 30.000 kilos, empozado en la orilla de la cola del embalse de Cernadilla. Las planchas metálicas quedan relegadas por tablones de madera, ya que se plantea el escenario más adverso. Con piquetas y cordinos de escalada se improvisa un anclaje manual al que se acopla un tracker que permite rescatar de manera manual uno de los vehículos. Un Vehículo de Alta Movilidad Táctica, denominado VANTAC, de 5 toneladas es recuperado por un vehículo ligero utilizando como anclaje unos tablones con estrinque. Cualquier elemento es susceptible de servir como anclaje para mover vehículos pesados, como un roble al que se ancla una autobomba.

Aguas arriba del Tera, los efectivos de la UME rastrean tres kilómetros de río, desde la salida del Lago al puente de la carretera de Vigo, en búsqueda de desaparecidos. Están a las órdenes del Teniente Rubén Marcos. Equipados con un chaleco con mosquetón -un mecanismo que les permite enganchar a la línea de vida- los efectivos rastrean las dos orillas sin rebasar ese límite y apoyados por dos embarcaciones, una zodiac con motor eléctrico y un kayak. La temperatura del agua ayer era de 4 grados. En el cauce del Tera, esta vez en el puente de Pedrazales, se pone en práctica el traslado de una víctima de una orilla a otra, mediante la colocación de una tirolina, porque a menudo los servicios de atención y médicos están en la orilla opuesta en la que se localiza una víctima. Todos los efectivos de la UME tienen formación en primeros auxilios que ponen en práctica hasta que llegan los servicios médicos especializados que estabilizan a la víctima para su traslado, en esta ocasión la evacuación es desde la carretera de Pedrazales. En el otro lado del puente, dos profesionales ponen en práctica un ejercicio de rapel en una zona de dificultad del puente.

El pueblo abandonado de Chaguaceda se convirtió en el escenario hipotético de un terremoto y el rescate de cuatro personas desaparecidas o víctimas entre construcciones derruidas. Se pone en práctica el rescate urbano de víctimas de los equipos especializados al mando del teniente Iván Espeso y el brigada Francisco Rodríguez, siguiendo un protocolo de búsqueda y rescate instaurado por la ONU (INSARAG) en la formación de estos equipos de Búsqueda y Rescate, USAR. Solo los equipos acceden a la zona restringida de Chaguaceda, donde están señalizados los puntos en los que se han localizado las víctimas. En el "haber" de esta compañía está su intervención en el rescate de víctimas en Haití, y su movilización como relevo en el último terremoto del Everest, aunque finalmente se suspendió la operación.

El trabajo previo del equipo supone apuntalar las construcciones con riesgo de derrumbe, donde se tiene en cuenta el tipo de materiales de las casas, para permitir el acceso a su interior. Dos equipos intervienen integrados por dos pelotones respectivamente.

La Unidad Cinológica permite rastrear supervivientes y cadáveres. Seis perros, cuatro para la detección de personas vivas y dos para el rastreo de cadáveres, forman parte del "personal" de la UME. Kormi, un perro veterano de nueve años, rastrea la zona de viviendas derruidas. Ladra para marcar que ha encontrado a uno de los heridos en el interior de una vivienda, a la espera de que entren los servicios de rescate, que aseguran la salida despejando los escombros que pudieran obstaculizar el rescate. "El tiempo es importante pero la seguridad del equipo es lo primero" señala el instructor del ejercicio.

Las réplicas posteriores a un terremoto condicionan la actuación de un equipo de rescate "hay que valorar si compensa arriesgar a tu equipo". Una de las técnicas más complicadas en el rescate en el altura. Una de casas abandonadas es la elegida para simular la extracción de un herido, instalando una tirolina tendida desde un árbol hasta la vivienda. Los fácil "es sacarla por la puerta" pero lo más posible es tener que sacarla en las peores condiciones, a alturas de 20 o 30 metros sobre el suelo, sobre barrancos o pilas de escombro. A lo largo de estos días la UME ha desarrollado en el Cañón del Tera un rescate de montaña y una marcha como punto de partida San Martín de Castañeda para ascender por el Cañón del Forcadura desde Vigo, culminar en la Laguna de Peces y volver al punto de partida cruzando por la Cueva de San Martín.