Villamayor celebraba ayer su fiesta más entrañable, la del Santo Ángel de la Guarda, el día de todos los niños de la villa. Cuentan que hace mucho tiempo una peste se llevó a gran parte de las criaturas del pueblo, y los vecinos encomendaron sus hijos al Santo Ángel de la Guarda. La mortandad se redujo notablemente y desde entonces cada 1 de marzo Villamayor celebra la "fiesta del Ángel".

La víspera, la Corporación Municipal, acompañada del diputado provincial por Tierra de Campos, José Ángel Ruíz, y otras autoridades de la comarca se reúnen en la plaza con los niños, que recogen unas hermosas banderas con las que desfilan hasta la iglesia de Santa María para celebrar las vísperas. A continuación, se vuelve a la plaza y se reparten piñones.

Antiguamente los frutos solo eran para los niños, pero ahora ante el descenso de la población infantil participa todo el pueblo. Este año se ha jubilado Paco Zúñiga, quién durante décadas repartió los piñones junto a Ángel, labor que le agradece todo el pueblo. Esta vez se han encargado Ángel y los concejales con la misma ilusión y alegría. La tradición dicta que los niños lleven calderitos y las niñas cestitas, después buscan piedras y se sientan en la plaza a partirlos y comerlos.

Ayer, la "dulzaina del valle" recorría las calles del municipio anunciando la Santa Misa que finalizaría con el cántico del Himno del Ángel por parte de los devotos. Seguidamente el pueblo disfrutó de un refresco.