¿Es la Diputación Provincial una institución eficaz?, ¿vale la pena luchar por su continuidad?. En definitiva, diputaciones si o diputaciones no. El melón abierto, por enésima vez, tras el pacto PSOE-Ciudadanos que incluye entre sus acuerdos la eliminación de estas instituciones, genera opiniones encontradas. Entre los nueve alcaldes consultados por este diario la mayoría apuesta por la continuidad de las diputaciones, aunque muchos precisan que "con matices" pero terminan por concluir que sin esta institución "los pueblos pequeños no podrían funcionar".

En opinión de Raúl Rodríguez, alcalde de Bermillo, el acuerdo por la eliminación es "desorbitado" pues "sin las diputaciones los pueblos, los más pequeños sobre todo, son incapaces de dar servicio ninguno porque no tienen recursos". Ramón Romo, regidor de El Maderal y presidente de la Mancomunidad Guareña va más lejos: "sin las diputaciones a pueblos como el mío nos condenan a desaparecer porque no podríamos hacer ni una obra; todo lo que se ejecuta es a través de los planes provinciales y servicios como, la atención de los mayores y la Ley de Dependencia, se están realizando a través de la Diputación. Creo que el mundo rural sería un caos" sentencia.

Aunque más minoritarias, también surgen voces críticas como la del alcalde de Almaraz, José Martín, quien apuesta claramente por la supresión de las diputaciones por "no atienden las necesidades de los pueblos; llevamos más de 20 años pidiendo el arreglo de la carretera y todo son promesas incumplidas". Este regidor pide que la institución deje de actuar como "tuteladora de los pueblos, nos consideran menores de edad y hemos demostrado que somos capaces de gestionar directamente las obras como pasó con el Plan E del Gobierno. ¿Por qué el Estado y la Junta no nos asigna directamente los fondos sin pasar por la Diputación?, porque al final ésta actúa como un agente electoral. Quiero que a los pueblos se nos considere mayores de edad y los fondos nos lleguen directamente".

El alcalde del Carbajales de Alba, Manuel Fidalgo Guillermo, de Ciudadanos, sostiene que "en estos momentos la Diputación es necesaria para los pueblos pequeños, teniendo en cuenta la organización administrativa que hay". Tienen a favor los servicios que ofrecen, "que los pueblos seríamos incapaces de realizar, aunque son manifiestamente mejorables". Alude al reparto del presupuesto que maneja la Institución provincial para destacar que la mayor parte va destinado "a nóminas de personal". Hace referencia a que los pequeños pueblos reciben servicios pero también colaboran económicamente con la tasa por recaudación".

El alcalde de Torregamones, el socialista Julio Pascual, defiende la existencia de la Diputación pero haciendo mención a que "hay mucho gandul suelto". Pascual reclama mayor competencia para los ayuntamientos y señala que los pueblos no son tenidos en cuenta. El Parque Natural lo maneja la Junta (Torregamones, con todo el término en el espacio protegido, está fuera de la Junta Rectora), la Reserva de la Biosfera la maneja la Diputación y no nos dan opción ni a opinar. Tenemos el patrimonio, pero mandan ellos".

El alcalde de Cobreros, Ángel López Amigo, de Sanabria-Verde, también está entre los partidarios de mantener las Institución provincial. Afirma que "desempeñan un papel muy bueno para todos los pueblos pequeños que no tienen medios ni capacidad para realizar determinados servicios". En cuanto a la eficiencia, expresa que "si una Administración cercana no cumple bien, cómo va a cumplir otra más distante".

La alcaldesa del municipio de Roales, Berna Miguel, de Adeiza, destaca que las diputaciones "son importantísimas y fundamentales". No obstante, la regidora de Roales reclama más eficiencia a la hora de las resoluciones "porque hay una burocracia muy larga, densa y, a veces, muy minuciosa incluso en la redacción de los documentos a presentar".

Para Miguel Barrero, regidor de Quintanilla del Monte, la continuidad de la Diputación se justifica "en el día a día de los pueblos; el 90 por ciento de las cosas que hemos hecho ha sido a través de esta institución. No se en otras provincias, pero la estructura territorial de Zamora las hace completamente necesarias". Barrero incide también en la "cercanía" porque "la Junta y el Gobierno nos quedan muy lejos" y sobre las alternativas se atiene al refrán "otro vendrá que bueno me hará".

La opinión de Cecilio Lera, de Castroverde, bascula entre la crítica más ácida al funcionamiento de estas instituciones, "arcaicas y caciquiles", y su justificación. "Mientras no se busque una sustitución clara son necesarias; no basta con decir que se eliminan, hay que aclarar quién se hace cargo de atender a los pueblos y cómo". Para Lera, las diputaciones tienen "doscientos años de historia y apenas han evolucionado, hay que hacerlas ágiles y desengrasar esa maquinaria tan gorda de personal y burocracia, pero a día de hoy nadie ha sido capaz de ofrecer una alternativa creíble".

"Es desorbitado plantear su eliminación, aunque hay que aclarar competencias"