Ironía y desparpajo, también unas cuantas verdades camufladas entre las quintillas que con gracia sueltan los quintos ante el gallo. El escenario, Guarrate, la calle Lagares donde se asientan las bodegas y donde cada último domingo de enero -cuando hay quintos- tiene lugar la Fiesta del Gallo. Este año como en los mejores tiempos, con nueve jóvenes renovando una tradición que este pueblo de La Guareña lucha por mantener.

El azar quiso elegir a Sara Galache como capitana, la segunda en la historia de esta fiesta. Fue ella quien abrió las relaciones ante el ave con una "reñida" junto a su primo Miguel de Dios. "Tras largo fin de semana/ por caprichos del destino/ la bola en sorteo divino/ me designó capitana. Como soy gente sana/ que ya cree en la igualdad/ comparto con humildad/ con Miguel capitanía/ bienvenidos compañía/ a este duelo sin piedad".

Completaban la quintada de este año María Toribio (teniente), Alba Martín, Samuel Martín, Ana González, Luis Gómez, Roberto Riesco y Rafael Calzada.

"Esta es la esencia, señores/ de este antiguo carnaval,/ alegre y tradicional,/ herencia de los mayores. Contamos los pormenores / de familias y vecinos,/ andamos ese camino/ con ironía y con clase,/ y, pase aquí lo que pase/, nos importa tres pepinos" se presentaba Alba Martín ante numerosos guarratinos y vecinos de otros pueblos del entorno. Ni siquiera la vicepresidenta de la Junta, Rosa Valdeón, quiso perderse esta tradición genuina y singular.

Todos escucharon atentos el relato satírico de los quintos ante el ave y como fieles relatores de la actualidad no podían pasar por alto el confuso acontecer político y las corruptelas. "Leyendo la información/ sobre el lío nacional/ y el panorama actual/ se llega a una conclusión/: aquí hay bastante mamón/, este es un país de jetas/. Chupan muchos de la teta/, mordidas y comisiones/, y se llevan los millones con Eres o con tarjetas" espetó Rafael Calzada entre risas y aplausos.

"Paga los males un gallo,/ venimos a dar el callo,/ solicitando su atención/ al decir la relación/ montados en los caballos" recitó María Toribio. Todos, con la vestimenta militar, descargaron ante el gallo avatares familiares, chascarrillos, permitidos en esta vetusta tradición que hay que sitúa entre las mascaradas zamoranas.

El día había comenzado entre cohetes y música, con la asistencia de los quintos a la misa ataviados con capas castellanas. Un día para nueve jóvenes que ya han hecho historia en Guarrate.