El ganadero José Mayoral volvió a sufrir anoche una nueva lobada en su ganadería de vacuno, con el resultado de tres terneros muertos. Desde el mes de noviembre lleva un total de catorce bajas y considera que la situación es insostenible si la Junta de Castilla y León no toma cartas en el asunto de una manera más eficiente y controla la población de lobos asentada en la zona entre La Bóveda, Castronuño y Alaejos (Zamora-Valladolid) y que se ceba en su ganadería. “Los que estamos al sur del Duero estamos de comedores sociales del lobo” expresó.

En esta ocasión ocurrió en la finca de Castronuño, lindante a La Bóveda, y temió el desenlace cuando por la mañana se acercó a la finca y observó la alambrada rota, las traviesas de la cerca caídas y los animales junto y fuera de toda tranquilidad.

Señala que, conforme a lo que ha visto y tiene conocimiento, en La Bóveda hay cuatro lobos y en la zona de Castronuño una hembra con cuatro crías adultas. Puede haber diez ejemplares. Sostienen que la gestión al sur del Duero tiene que dejar de ser tan restrictiva y permitir, como al norte, que el lobo sea una especie cinegética y hay permisos de caza para abatirlo y controlar y reducir su población.

Cuando ocurre un ataque de los lobos es mejor que maten dos animales que uno porque tengo un seguro del lobo con una franquicia de 770 euros y si solo matan un animal lo pierdo totalmente. De esta forma al menos cojo algo de dinero. Hace referencia a que no se tiene en cuenta el lucro cesante que se pierde en toda lobada por las vacas que abortan y las que no se cubren por perder el celo.

De los estragos de ayer dio cuenta al Servicio de Medio Ambiente y unos agentes forestales hicieron el informe y abrieron el expediente pertinente. Los restos son recogidos por el Servicio de Recogida de Animales Muertos.

Este ataque ha ocurrido solo unas horas después de la reunión mantenida entre las organizaciones agrarias y el consejero de Fomento y Medio Ambiente, en Valladolid, donde los sindicatos expusieron su inquietud por el incremento de los ataques, precisamente al sur del Duero, e insistieron en reclamar un mayor control así como que se buscar logra que Europa retirara la consideración de especie protegida al lobo en esta zona orográfica. Un ganadero salmantino llegó a pedir que se autorizada la escopeta "como herramienta de trabajo" ante los persistentes ataques lupinos.