Toda una vida juntos. Fernando Barrio González y Jerónima Jodra Prieta pueden decirlo sin remilgos y fieles a la verdad. Porque nacieron casi uno al lado del otro, en la misma calle de Manganeses de la Lampreana, compartieron juegos, se enamoraron siendo bien jóvenes, se casaron en su pueblo y meses después emigraron a Barcelona donde nació su hijo, Jacinto (hubo otras dos hijas que murieron). Allí construyeron su vida hasta hoy, cuando acaban de cumplir 75 años casados.

El matrimonio formado por Fernando y Jerómina, 97 y 95 años respectivamente, está declarado -"nadie ha dicho lo contrario" precisa su hijo- el más longevo de España. Al filo del siglo esta pareja de terracampinos alcanza sus bodas de diamante en un envidiable estado, con plena autonomía y residiendo en su casa.

Fue un frío 9 de enero de 1941 cuando sellaron su unión después de que él volviera sano y salvo tras ser llamado a filas durante la Guerra Civil. Hijos de agricultores, Manganeses no les brindaba muchas oportunidades, así que en diciembre se armaron de valor y emigraron en busca de mejor vida a Barcelona donde Fernando tenía un hermano. Fueron momentos dífíciles pues este único familiar era militar, pronto se marchó y tuvieron que navegar solos por la gran ciudad y lejos de los suyos.

Salieron adelante. "Después de la Guerra había un Cuerpo de Ferrocarriles del Ejército y mi padre se puso a trabajar en el tranvía de Barcelona" evoca el hijo. Tiempo después prepararía unas oposiciones al Ayuntamiento y entró a formar parte de la plantilla, en el servicio de estadística, hasta su jubilación.

Desde que se casaran, Jerónima y Fernando no se han separado prácticamente ni un momento. Solo hubo un pequeño paréntesis durante la Segunda Guerra Mundial, cuando él se tuvo que trasladar a Valladolid y para no estar tan distante su esposa se quedó en Manganeses de la Lampreana unos meses.

Retornaron a Barcelona pero la distancia no ha quebrado ni un ápice el amor del matrimonio por su pueblo, al que siempre han vuelto por vacaciones y su hijo Jacinto pasaba los veranos en Castilla, donde conservan familiares y amigos. Hasta que la edad rompió esa rutina.

Lo que hace más extraordinaria esta historia es la salud que acompaña al matrimonio más antiguo del país. Fernando solo pasó por el quirófano hace unos veinte años por un problema de colon y su señora para quitarse las piedras de la vesícula. Ambos superaron con éxito la prueba y a sus 97 años, él acude cada día al mercado salvado las escaleras de un segundo piso sin ascensor; de algo le sirve la gimnasia diaria que practica. Y con sus 95 veranos Jerónima sigue cocinando los buenos caldos castellanos. Y hasta manejan su propia economía.

Llegados a este punto no es extraño que su hijo considere la vida de sus padres como "un regalo cada día". Entre sus hermanos también son los únicos supervivientes. Fernando era el pequeño de cinco y Jerónima, la mayor de cuatro.

Porque si 75 años en la vida de un matrimonio es algo extraordinario, llegar en las buenas condiciones que acompañan a Fernando y Jerónima lo hace aún más singular. Por eso la familia ha celebrado estas bodas de diamante con un encuentro inolvidable. Fue el 10 de enero en Barcelona, en un acto organizado por su hijo Jacinto y su esposa Isabel, al que asistieron los tres hijos de ambos y sus tres nietos (biznietos de los nonagenarios), además de familiares desplazados desde Zamora, Álava y Madrid, junto a otros amigos de la capital catalana.

Una misa en el Monasterio de las Monjas Mínimas de San Francisco de Paula, cantada por las religiosas, la felicitación del padre salesiano Juan José y una emotiva lectura de Maxi, uno de los sobrinos del matrimonio, inmortalizaron un momento inolvidable y muy emotivo. "Llegados a esta edad estamos pendientes de un hilo, pero lo importante es que ellos están fuertes y participaron en la celebración como uno más. Comen lo que todos y beben lo que todos" cuenta su hijo.

El histórico momento mereció un brindis con cava catalán, del que tampoco se apartaron Fernando y Jerónima, a quienes la familia le cantó la canción Rosa Bella adaptada a la vida y tantas anécdotas a lo largo de casi un siglo de existencia.

Esta romántica trayectoria ha llamado la atención de las cámaras de televisión y Antena 3 emite mañana un programa sobre la extraordinaria historia de amor que ha situado al matrimonio terracampino en un libro no escrito de los récords como la pareja más duradera. Un capítulo más en la extensa vida de Jerónima y Fernando.