Las intensas precipitaciones caídas en las últimas horas en la provincia de Zamora han elevado de golpe los caudales de numerosos regatos y llenado los cauces de los ríos hasta el punto de desmadrarse en algunos puntos y provocado inundaciones en carreteras, calles de algunos pueblos, parcelas y fincas de labor.

El fuerte incremento registrado fue seguido con expectación y hasta con preocupación en aquellos puntos donde el agua desbordada ha tomado los exteriores con todo su rigor. Prácticamente todas las comarcas han notado la presencia de las lluvias y visto elevarse de forma impetuosa el volumen de las riberas y de los ríos. Incluso los embalses elevan con estas aportaciones las cotas de sus vasos, como es el caso de Ricobayo, que al día de ayer presentaba un volumen de 653,5 hectómetros cúbicos de agua cuando la semana anterior se hallaba en 517, 4 hectómetros cúbicos.

Uno de los muchos pueblos que ha sufrido las riadas ha sido Cerecinos de Campos, pues la localidad está atravesada por el arroyo Vega, que al desbordarse anega las calles y plazas más céntricas del pueblo, partiéndolo en dos y dejando la carretera Nacional VI como única conexión con el exterior.

El malestar es palpable estos días entre los vecinos del municipio, pues el arroyo necesita una limpieza que el Ayuntamiento de Cerecinos de Campos ha solicitado reiteradamente en los últimos años a la Confederación Hidrográfica del Duero, que no actúa en este cauce desde hace al menos una década. Según fuentes vecinales, río necesita ser despejado de maleza en un tramo de dos kilómetros a su paso por Cerecinos, "aunque lo suyo sería limpiarlo también en Tapioles, y hasta la desembocadura del Valderaduey".

Además de inundar el casco urbano, muchos agricultores de Cerecinos y Tapioles han visto sus tierras de cultivo completamente anegadas en los últimos días.

El caudal del río Tera alcanzaba ayer los 108,85 metros cúbicos por segundo a su paso por la estación de Aforo del río Tera, en Puebla de Sanabria, las 16:23 de la tarde. El nivel río llegaba a los 2,47 metros con tendencia a estabilizarse, según los datos reflejados ayer por la Red Integrada del SAIH-ROEA de Confederación Hidrográfica del Duero. Aguas abajo, la estación de aforo del río Negro, en Santa Eulalia del Río Negro, marcaba 1,74 metros de nivel y un caudal de 26,10 metros cúbicos por segundo poco antes de las cinco de la tarde.

Aguas arriba el río se salía de su caudal anegando la cabecera de la vega del Lago de Sanabria, levantando la preocupación de los vecinos que ayer se acercaban a ver el río sobrado de caudal en el pueblo Viejo de Ribadelago. A medida que trascurría la tarde y decrecía la intensidad de la lluvia, el riesgo de inundación para las viviendas situadas a la orilla del cauce se alejaba.

La estación aforadora del río Bibey, a su paso por el núcleo urbano de Porto de Sanabria, reflejaba ayer a las cinco de la tarde, 15,84 metros cúbicos por segundo, y un nivel de 1,19 metros, y con tendencia a descender, tras las lluvias intensas y el deshielo provocado por las temperaturas entre la noche del miércoles y el jueves. En puntos como Barjacoba, las aguas volvían al cauce tras dos días, el miércoles y el jueves, de una intensa crecida del río Barjacoba, y en general de todos los cauces de la cuenta del río Bibey. También otros escenarios, como Villalcampo, registraron ayer un rápido ascenso de los niveles de las riberas, como era visible en el denominado Puente A Veiga, que solo unos momentos después de la descarga de unos intensos chaparrones, ocurrido hacia las 15.00 horas, parecía no poder acoger por sus ojos el caudal circulante.