La leyenda cuenta que los Diablos vivían en las montañas (Sarracín se asienta en las faldas de la Sierra de la Culebra) y que solamente bajaban al pueblo a pedir en Año Nuevo. El Diablo Grande tenía un hijo con la Filandorra, hermana del Rullón. En una de esas visitas se encontraron con el Molacillo y el Ciego que también estaban pidiendo y, por tanto, habían de expulsarlos del pueblo. El Diablo ve ese mismo día a la Madama, de la que se enamora, pero para poder casarse con ella, tiene que deshacerse de su hijo, por lo que aprovecha dichas luchas para matarlo.