Entre todos los sectores productivos del campo, el que peor lo ha pasado ha sido el del vacuno de leche, después de que la Comisión Europea eliminara las cuotas. La Alianza UPA-COAG en su balance del año agrario señala "la ausencia de un observatorio de precios, una adecuada normativa sobre leche tipo, un registro de contratos, la figura del mediador, la defensa de la cadena alimentaria o una junta de arbitraje" como algunas de las causas por las que los ganaderos siguen sin percibir un precio digno por la leche.

La Alianza presume de haber sido la única organización agraria que ha presentado "propuestas de presente y futuro, que a nivel nacional no quisieron recogerse en el acuerdo lácteo firmado por otras organizaciones junto a las cooperativas, industria y distribución". En ese sentido, UPA-COAG denuncia que el acuerdo de septiembre "ha sido un verdadero fiasco, puesto que aparte de hacer públicas unas ayudas muy insuficientes y que han llegado a un número muy bajo de productores, se ha quedado en una declaración de intenciones y no en un documento de compromisos, ya que no establece sanciones", y asevera que "apenas un mes después algunos de los que estamparon su firma ya incumplían lo pactado".

La Alianza defiende el acuerdo de la Plataforma para la Competitividad del Sector Lácteo Regional de noviembre, "que recoge medidas estructurales y es una estrategia de trabajo para los próximos 4 años".