La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha desarrollado un plan de control y vigilancia en las aguas trucheras de toda la comunidad durante las dos últimas temporadas de pesca en el que han intervenido más de 700 agentes y celadores medioambientales. En ese periodo,según informa la propia Consejería, se han realizado alrededor de 47.000 controles de campo y 19.000 encuestas a los pescadores.

Esta labor, desarrollada por la Administración, se ha realizado "con el objetivo de mejorar la gestión piscícola y conocer las demandas de los pescadores".

También se pone de manifiesto que "la entrada en vigor, en enero de 2014, de la nueva Ley de Pesca de Castilla y León, constituye un punto de inflexión en una gestión piscícola basada en criterios de aprovechamiento sostenible de los recursos y su contribución al desarrollo rural".

Bajo este nuevo marco legal, la Consejería "ha desarrollado una amplia campaña con el objetivo de intensificar la vigilancia efectiva en los ríos; ampliar el conocimiento, tanto del estado actual de las poblaciones piscícolas como del ejercicio real de la propia actividad de pesca; y, finalmente, conocer los gustos y demandas de los pescadores".

Dentro de esta campaña, agentes y celadores medioambientales de la Consejería han desarrollado una serie de controles a pie de río para tomar datos relacionados con la práctica real de la pesca y la posibilidad de que los pescadores respondieran a una encuesta voluntaria.

A lo largo de las dos últimas temporadas se han realizado 47.000 controles de campo y 19.000 encuestas. Unas cifras que, para la Consejería de Fomento y Medioambiente, "evidencian el esfuerzo que ha supuesto implantar una campaña en la que han participado más de 700 agentes y celadores medioambientales. La consulta entre los pescadores ha generado un gran volumen de datos y opiniones de gran interés para la gestión piscícola".

La campaña de la Junta de Castilla y León ha sido pionera en España, y aporta información en cuestiones significativas como la presencia de pescadores en los diferentes tramos de pesca a lo largo de los meses de la temporada, las capturas conseguidas, el éxito por tiempo de pesca, los aparejos utilizados por los pescadores y su eficacia relativa, la estructura social del colectivo de pescadores o incluso sus hábitos y preferencias. La Consejería hará públicos los resultados más concluyentes tras un proceso de análisis, así como la continuidad de la campaña con carácter indefinido en las sucesivas temporadas.