El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez Fernández, abrió ayer la Puerta del Perdón del Santuario de la Virgen de la Carballeda para dar paso a la celebración del año Jubilar de la Misericordia, que tendrá como referencia para todos los peregrinos el templo de la patrona carballesa.

El acto sirvió además para que los numerosos feligreses felicitaran al obispo por su reciente nombramiento y le desearan suerte en su ministerio, ante el expreso deseo de monseñor de saludar personalmente, al finalizar la misa, a todos los asistentes que tuvieran un poco de tiempo.

Monseñor Menéndez Fernández dedicó una parte de su homilía para felicitar la Navidad y para agradecer especialmente la presencia de los sacerdotes de las parroquias zamoranas en el santuario. Santuario, como recordó el obispo, en el que "se venera una imagen de la Virgen desde tiempo inmemorial".

Con la apertura del Puerta del Perdón este templo se suma a los actos del Año Jubilar de la Misericordia proclamado por el Papa Francisco, y que convierte a Rionegro como centro de peregrinación.

Juan Antonio Menéndez evocó la figura de san Esteban Mártir, cuya festividad se conmemoró ayer, como paradigma del cristiano misericordioso que entregó su vida pidiendo el perdón para sus verdugos.

Más de veinte sacerdotes de las parroquias de Sanabria, Carballeda, Los Valles y La Cabrera participaron en una misa concelebrada a la que asistieron numerosas personas y autoridades municipales, entre ellas los alcaldes de Rionegro, José Colino; Mombuey, Francisco Antón y Cernadilla, Herminio Pérez.

El párroco de Rionegro del Puente, Laureano Fernández Fernández, evocó precisamente el origen del culto a la Virgen María, en Rionegro, por el agradecimiento de unos peregrinos que se dirigían a Santiago y vieron interrumpido su camino al no poder cruzar el escenario fluvial. La Virgen ayudó a los caminantes, a los que conminó a extender sus capas sobre el agua, y así superar todos los problemas. Una misericordia que ha puesto en práctica su cofradía Los Falifos, desde su creación, para ayudar en el hospital de peregrinos, hoy albergue, recoger a los niños abandonados y construir puentes.

Al finalizar los actos de apertura del Año Jubilar, monseñor reconoció que esta primera vista era "es un momento muy interesante para conocer la realidad, no solo geográfica, sino humana de la Diócesis y conocer a los sacerdotes que me han acogido muy bien". "Estoy encantado de la acogida que he recibido en todos los lugares de la Diócesis. Son personas muy buenas" expresó.

La situación es dura para las parroquias "no solo por falta de vocaciones, sino también por falta de gente porque los pueblos se han quedado despoblados. Lo que antes era una gran población, una asistencia a la Eucaristía y el mantenimiento del templo, ahora se tiene que hacer con menos personas". El nuevo obispo es consciente del trabajo que acumulan los sacerdotes, con numerosas parroquias a su cargo. "Lo he visto y ahí están las estadísticas" manifestó el obispo Juan Antonio Martínez, que ayer tuvo ocasión de realizar un primer intercambio de impresiones y de conocer a los feligreses zamoranos que pertenecen a la Diócesis de Astorga.