El sacerdote José Luis Gutiérrez llegó a Muga el 25 de septiembre de 1957 y desde el primer momento inició con verdadero fervor su misión evangelizadora, académica y educativa. En un principio convirtiendo en aula cualquier dependencia o sala hallada en el pueblo, ya fuera en casa, en la iglesia, en el Ayuntamiento, en una nave o, si el tiempo acompañaba, en la calle. Transmitió e inculcó su enorme vitalidad a los escolares y a los jóvenes, y consiguió convencer a las autoridades para implantar en Muga un centro de enseñanza que ha llegado a contar algunos cursos con casi 500 alumnos. Hoy prosiguen su labor un total de 18 profesores y unos 180 alumnos. Se imparten cursos de primero de la ESO y segundo de Bachillerato.

Pero el recordado sacerdote también llevó su inquietud a otras áreas. Antes de fundar el colegio impulsó la puesta en marcha de una cooperativa, integrada por "siete u ocho vecinos, que juntaron los capitales y que llegó a tener más de 2.000 ovejas. Pero los hijos optaron por salir fuera y, al final, se deshizo". Aunque nunca buscó ni pretendió los homenajes, el pueblo de Muga le concedieron el Premio al Docente 2007 y en abril de este año le dedicaron un monolito coronado con su busto, que está instalado a la entrada del Instituto "José Luis Gutiérrez".