La ganadería Loli Martín Andrés, ganadera de Cabañas de Sayago, fue a ver el domingo el ternero nacido una semana antes y lo halló medio comido por los lobos en la dehesa Santa Marina. Este episodio viene a sumarse a otro ternero perdido y a los cuatro marranos que criaba y que fueron plato de los predadores asentados en la zona. Recientemente los lobos hicieron el estrago en las inmediaciones, en Peñausende, con un saldo de más de una veintena de ovejas. "Les hemos visto alguna" afirma Martín Andrés, que reitera que los daños lupinos comenzaron a primeros de mes con la muerte de cuatro cerdos "de ochenta kilos". No ha quedado ni uno. Expresa la ganadera que "ahora no puede comprar otros marranos porque si los sueltas en la dehesa te los liquidan". La ganadera no cuenta con el seguro del lobo "porque ha subido mucho y no compensa". Precisa, respecto al ternero matado por los predadores, que "vale unos trescientos euros".

La solución para Loli Martín "es que la Junta compense los daños, porque siempre pierde el ganadero y no puede ser. Como sigamos perdiendo quedaran solo jabalíes y lobos. Nosotros sabemos que hay lobos y temblamos"

La Alianza UPA-COAG, por su parte, expone que "la mayor presencia de lobos en Sayago obliga a la Delegación Territorial de la Junta y a Medio Ambiente a tomar medidas urgentes que deben pasar por poner coto a la expansión incontrolada de esta especie".

La organización alerta a las autoridades competentes "para que tomen cartas en el asunto en unas fechas como las actuales en las que además hay muchas parideras y el daño que pueden provocar estos animales salvajes puede ser inmenso".

En este sentido, reclama al Gobierno regional "mayores dosis de responsabilidad y compromiso con los ganaderos, porque su política en la gestión del lobo está ocasionando gravísimos perjuicios a los profesionales, que comprueban perplejos la indefensión que padecen por parte de la Administración regional al priorizar ésta la figura del lobo antes que la del ganadero profesional".

La Alianza "exige respuestas de una vez por todas a la Consejería de Medio Ambiente, porque el problema, lejos de solucionarse, se incrementará más y más si el Gobierno regional no asume el compromiso de controlar la especie, que los ganaderos reciban la indemnización de forma rápida por los daños que sufren en las explotaciones ganaderas, y tomar medidas para que los lobos no hagan suyas determinadas zonas al ser incompatible su existencia con la ganadería extensiva".