Un vecino de Moraleja del Vino denunció ayer ante la Guardia Civil la desaparición de cuatro galgos de su propiedad, que habrían sido robados en la noche anterior de la finca en la que vivían, a un kilómetro y medio del casco urbano de la localidad.

El dueño es un galguero habitual de los campeonatos de la provincia, además de cazador. Entre los perros hurtados se encuentra una hembra de tres años de edad y pelaje blanco, llamada Polvorera, que últimamente había destacado en varias carreras, por lo que el propietario sospecha que ella era el objetivo del robo, aunque los ladrones se llevaron también otra hembra oscura de tres años y medio y dos cachorros de ocho meses, un macho y una hembra de la misma camada.

Polvorera iba a participar ayer en una carrera de la Copa de Zamora que se jugaba en Fuentes de Ropel, pero el día anterior se hizo una pequeña herida en una uña y el propietario decidió que no compitiera. No obstante, el hombre viajó ayer por la mañana hasta la localidad benaventana para presenciar el campeonato, cuando su padre entró en la finca y descubrió que los perros habían desaparecido. La puerta no estaba forzada, por lo que sospechan que los amigos de lo ajeno podrían haber accedido saltando una valla. En el lugar permanecían asustados dos cachorros de cinco meses que no fueron de interés para los ladrones, "estos me los han dejado para que se los críe yo y venir más tarde a por ellos", ironiza enfadado el dueño de los perros. Tras avisar a la Guardia Civil, los agentes tomaron fotos del recinto y el propietario de los animales puso una denuncia por robo.

Este tipo de delitos eran muy frecuentes hace unos cinco años, y aunque han ido disminuyendo con el tiempo, "se siguen dando casos", explica Lorenzo Masero, presidente de la Asociación regional de criadores de galgo español. "Suelen perpetrarlos gente vinculada a este mundillo, siempre son los mismos, y a veces actúan por encargo de alguien que ha fichado a uno de los perros en los campeonatos", asegura. Una vez robados, los galgos no pueden competir en las carreras oficiales, ya que todos llevan un chip identificativo que delataría el delito, pero los amigos de lo ajeno "se buscan la diversión por su cuenta, bajo cuerda, a veces los quieren para regalarlos o criar", afirma Masero. El propio dueño de los galgos robados en Moraleja sospecha de "gente habitual" de las carreras.

En ocasiones el contrabando de perros robados causa problemas a sus legítimos propietarios meses o años después de perder a sus perros, "aparecen galgos abandonados o atropellados y si el chip es de Zamora ya parecemos nosotros los malos", denuncia el responsable de la asociación de criadores.

Las grandes oleadas de robos de galgos de hace unos años desaparecieron "después de muchas denuncias en los medios de comunicación locales, el Gobierno se puso las pilas en este tema y a través la acción de la Guardia Civil se acabó con gran parte de los ladrones. Llegaron a detener a 39 individuos acusados de haber robado más de 200 perros", recuerda Masero.

"Nosotros recomendamos avisar a la Guardia Civil siempre que se vean coches desconocidos cerca de las fincas, pues durante los días previos a los robos los ladrones normalmente inspeccionan la zona para averiguar cómo entrar y dónde están los perros, si los agentes reciben avisos diferentes de la misma matrícula ya están en la pista", explica el presidente de la asociación.

A menudo los ladrones actúan como auténticas redes que cuentan con informantes en las zonas donde abundan los aficionados a este deporte. "Otro error que cometemos todos en los pueblos, y me incluyo, es hablar de lo buenos que son los perros de tal persona. Hay que tratar de tener cuidado, porque a lo mejor el del pueblo de al lado que lo está oyendo no va a ir a robar ese perro, pero sí que puede ser el que da el aviso a los verdaderos ladrones", advierte.